Un local del casco antiguo de la ciudad de Oviedo (Asturias) ofrece chupitos de diferentes licores a un precio de cincuenta céntimos a los clientes que acepten soportar una descarga eléctrica creciente durante diez segundos. Esta práctica, bautizada como “el calambrazo”, ha sido publicitada en redes sociales por el propio establecimiento. Los responsables del local graban a clientes recibiendo los calambrazos, de forma individual o en grupo, y cuelgan los vídeos.El “calambrazo” se aplica en la barra del establecimiento donde, según se aprecia en los vídeos, una persona se encarga de soltar la descarga cuando los clientes están preparados. Los que están en los extremos se agarran a unos electrodos y le dan la mano a quien tengan a su lado para formar así una cadena de corriente continua hasta el otro polo. Algunos de esos clientes se someten al “calambrazo” de forma individual y otros lo hacen en grupo. En algunos de esos vídeos el camarero va contando en alto hasta diez y en otros lo hacen los propios clientes.A algunos de los participantes en el reto les entra la risa floja, otros gritan y algunos ni siquiera llegan a superarlo y retiran la mano de la empuñadura metálica en cuanto sienten la descarga. Las cuentas de Instagram o de TikTok del local están llenas de vídeos de jóvenes recibiendo esas descargas y ya hay padres que han reconocido entre ellos a varios menores de edad.Tras conocerse la noticia la concejalía de Seguridad Ciudadana ha abierto una investigación policial, ya que al margen de que la práctica sea una barbaridad temeraria, entra directamente en el terreno de la ilegalidad si, como parece, se sirve alcohol a menores de edad. El concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado, ha explicado que han sido diligentes, a pesar de que las competencias directas en la materia son de la Consejería de Salud, después de que el grupo municipal de VOX haya exigido que se evalúe la legalidad del dispositivo utilizado para las descargas y que se determine si se ha incurrido en infracciones administrativas o penales, “en especial en lo relativo al consumo de alcohol por menores y a la seguridad de las personas”.También se han pronunciado al respecto desde la patronal hostelera en la capital del Principado. Otea Noche, el subgrupo de establecimientos que desarrollan su actividad dentro del ámbito nocturno ha manifestado su “más profunda indignación y absoluto rechazo a la insólita y peligrosa práctica”. La patronal considera que ofrecer descargas eléctricas a cambio de chupitos a bajo precio “no solo es una acción irresponsable y carente del más mínimo sentido común, sino que atenta directamente contra la seguridad y el bienestar de los clientes, principios fundamentales que deben regir la actividad de cualquier establecimiento hostelero”.Otea ha exigido la inmediata paralización de este tipo de prácticas que ponen en grave riesgo la integridad física de las personas. “Esta práctica, que parece buscar una publicidad fácil y sensacionalista a costa de la integridad física de las personas, no tiene absolutamente nada que ver con los valores que defendemos desde nuestro sector”, han defendido los empresarios en un comunicado.Otea también ha destacado que resulta especialmente preocupante la información que apunta a la participación de menores de edad en esta peligrosa actividad, tal y como se desprende de las publicaciones en redes sociales del propio local. “Exponer a jóvenes a este tipo de riesgos es de una gravedad extrema y exige una actuación inmediata por parte de las autoridades competentes. No podemos permitir que este tipo de prácticas aisladas, que repudian los principios más básicos de la seguridad y el sentido común, se normalicen o se conviertan en un reclamo”.

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