Los españoles Pilar Granado, Pablo Sosa y Luis Chimeno (28, 29 y 29 años, respectivamente) han ganado el Premio Jóvenes Inventores 2025 por un biosensor en forma de etiqueta inteligente que permite comprobar la frescura de los alimentos perecederos en tiempo real. Sus creadores destacan que el uso de este dispositivo contribuye a reducir el desperdicio de comida, las intoxicaciones alimentarias y las emisiones de CO₂ a la atmósfera. “Estamos muy contentos. Este premio es un reconocimiento a estos ocho años de trabajo y a todo el proceso que nos ha traído hasta aquí”, asegura Granado, mientras sostiene el galardón entre sus manos.Estos tres compañeros de universidad empezaron su empresa por un filete a punto de caducar que tenían en la nevera. ¿Era seguro comerlo? ¿Era mejor tirarlo? Biotecnólogos de profesión, crearon un invento basado en la metabolómica, es decir, el estudio de la huella que producen los procesos celulares y que sirve para desarrollar un sensor que informe en tiempo real del estado de un producto. Lo han probado en carne, pescado, frutas y productos preparados. Por cierto, al final “se comieron el filete”, cuenta Pablo Sosa. “Gracias a todo el equipo que ha desarrollado la tecnología de Oscillum, este premio también es para ellos”, ha asegurado junto a sus compañeros.La cuarta edición del Premio Jóvenes Inventores tuvo lugar este miércoles en el Centro Harpa de Reikiavik (Islandia) con la presencia de los 10 equipos seleccionados entre más de 450 candidatos. Los finalistas han sido reconocidos este año por sus ideas innovadoras en materia de sostenibilidad, tecnología y salud, como menciona la Oficina Europea de Patentes (OEP), organizadora del evento. Desde Uganda hasta Colombia, pasando por Lituania, Filipinas y Eslovenia, destacan proyectos que buscan una aviación más sostenible, el uso de la nanotecnología, el reciclaje de tierras raras, la creación de enzimas a través de IA o la reducción del desperdicio alimentario.CO₂ para crear moda sostenibleEl jurado ha querido reconocer a tres equipos con un premio especial por el significado y la proyección de estas innovaciones. Neeka y Leila Mashouf, de Estados Unidos, han recibido el premio del jurado Nature Guardians [Guardianes de la Naturaleza] por utilizar dióxido de carbono para crear pulpa de celulosa con la que fabricar textiles, a través de un proceso enzimático inspirado en la fotosíntesis de las plantas. “[Necesitamos] un mundo mejor, donde la manufactura coexista en armonía con el planeta, esa sigue siendo nuestra guía a medida que alcanzamos nuevos hitos y avanzamos en la comercialización de nuestra tecnología”, han señalado al recibir el reconocimiento.Neeka y Leila Mashouf han ganado el premio ‘Nature Guardians’ en el Young Inventors Prize 2025 por convertir el CO₂ en materiales esenciales.Tom MaurerUna, ingeniera de materiales, y la otra, biotecnóloga, forman esta dupla de gemelas que con solo 28 años han creado algo tan revolucionario como una fibra resistente y biodegradable que pueda ser utilizada por los grandes gigantes textiles. La industria fast fashion es una de las más contaminantes del mundo y se estima que es responsable del 8% de las emisiones. Las hermanas Mashouf cuentan que se basaron en el proceso de transformación de dióxido de carbono de los árboles para convertirlo en algo más. Su invento podría revolucionar la manera en la que reciclamos y procesamos los residuos textiles. Prolongar la vida de la fruta en ÁfricaEl equipo de Uganda, formado por Sandra Namboozo y Samuel Muyita, fundó Karpolax, una empresa que fabrica unos sobres biodegradables que liberan compuestos naturales para ralentizar la maduración de las frutas, prolongando su frescura. Este invento les ha merecido el reconocimiento del jurado con el premio Community Healers [Sanadores de la Comunidad] para proyectos que centrados en la equidad social y en el desarrollo de soluciones para la seguridad alimentaria, la educación, la atención sanitaria y las condiciones laborales justas. Sandra Namboozo y Samuel Muyita, ganaron un premio por su producto que alarga la vida de la fruta.Tom MauerLa ONU estima que cada año se pierdan alrededor de 12 millones de toneladas de fruta y 21 millones de toneladas de verdura. Preocupados por lo que sucede en muchos de los países con menos recursos, Namboozo y Muyita, de 27 y 26 años, se pusieron a la tarea de distribuir su producto en mercados y productores y los resultados fueron impresionantes. La vida de la fruta llegaba a triplicarse con el uso de Karpolax. “La innovación basada en la empatía puede cambiar el mundo. Este reconocimiento impulsa nuestra misión de garantizar que ninguna cosecha se desperdicie y que cada agricultor, por pequeño que sea, tenga una oportunidad justa de prosperar”, han señalado los investigadores.Reciclar tierras raras en tiempos de guerraMarie Perrin, de Estados Unidos y Francia, ha recibido el premio World Builders [Constructores del Mundo]gracias al método que ideó para reciclar tierras raras a partir de residuos electrónicos. El proceso de esta ingeniera química utiliza reacciones químicas selectivas que permiten recuperar los materiales utilizados en procesos anteriores con una alta pureza. En un momento estratégico de rearme a nivel mundial y de demanda de tierras raras para la fabricación de teléfonos inteligentes, pantallas LED, turbinas eólicas y coches eléctricos, el descubrimiento de Perrin cobra un doble significado. “Actualmente Europa depende de las importaciones y menos del 1% de las tierras raras se recicla”, explica. La investigadora Marie Perrin, responsable de un nuevo método de reciclaje de tierras raras.Tom MaurerLa extracción y el procesamiento estos compuestos puede producir hasta 200 toneladas de material radioactivo por cada tonelada de tierra extraída. Perrin insiste en que el siguiente paso necesario es ahondar en el reciclaje de estos materiales y subraya la importancia de proyectos como el suyo para lograr la eficiencia energética y se alegra de que cada vez más mujeres estén presentes en la ciencia. “Espero que esto anime a más mujeres jóvenes a verse como inventoras y creadoras de cambios. Sigamos ampliando los límites del conocimiento y ayudemos a forjar un futuro más sostenible”, ha señalado la investigadora de 28 años durante la gala. Desde la OEP destacan la importancia del trabajo de todos los candidatos. El Premio de Jóvenes Inventores se celebra cada dos años. “Los logros de estos jóvenes reconocen el poder transformador de la ciencia y la tecnología para inspirar a las generaciones futuras”, asegura António Campinos, director del organismo. Con ideas audaces y soluciones tangibles, los inventores del mañana seguirán enfrentando los desafíos urgentes para construir un mundo más justo y sostenible para todos.

Tres científicos españoles ganan el Premio Jóvenes Inventores 2025 por un biosensor para detectar la frescura de los alimentos | Ciencia
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