Estaban reunidos en una sala del Banco Central de Honduras los representantes de los 33 países de Latinoamérica y el Caribe, viendo todavía un espectáculo de baile regional, cuando a 3.000 kilómetros, Donald Trump volvía a reformular las relaciones comerciales mundiales. Mientras el presidente de Estados Unidos anunciaba una tregua de 90 días para algunos aranceles, 11 presidentes, decenas de cancilleres y embajadores convergían hacia una idea común: si hay algo que puede salvar a la región, eso es la unidad latinoamericana. La Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) se ha inaugurado este miércoles en Tegucigalpa (Honduras), de la mano de la presidenta Xiomara Castro, que ha definido la asamblea como “histórica”: “Este sueño de la unidad, de la patria grande, es hoy más urgente que nunca”.Más informaciónEl telón de fondo de la cumbre era ineludible. La reunión inaugural ha sido el mismo día que entraba en vigor la segunda fase de los aranceles de Trump y ha comenzado en el mismo momento que el líder republicano daba marcha atrás a su plan por la fuerte presión de los mercados. Después del giro de timón de esta mañana, Estados Unidos mantiene un 10% de aranceles para todos los países, excepto para China (a quien le ha impuesto un 125%) y para los bienes protegidos por el TMEC de México y Canadá (que están exentos de tarifas). La situación no ha cambiado tanto para América Latina, ya que la mayoría de los países de la región ya tenía colocado un gravamen del 10%, pero el último bandazo de Trump ha sido la diana perfecta para unos discursos escritos días atrás.“Las grandes potencias como Estados Unidos redibujan su mapa económico sin preguntarse qué pueblos quedan atrás. No podemos seguir caminando separados cuando el mundo se reorganiza sin nosotros”, ha comenzado Xiomara Castro. “Está planteada una tensión a escala mundial entre dos formas de resolver los problemas: el multilateralismo o la soledad”, ha dicho Gustavo Petro, presidente de Colombia. “Son momentos de cambios profundos en el comercio mundial, hoy más que nunca es un buen momento para reconocer que América Latina y el Caribe requieren de unidad y solidaridad”, ha apuntado la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum. “Es imperativo que Latinoamérica y el Caribe redefinan su lugar en el nuevo orden global que se vislumbra”, ha apuntalado el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Así han continuado los presidentes Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Yamandú Orsi, de Uruguay; Luis Arce, de Bolivia; Bernardo Arévalo, de Guatemala; los primeros ministros de Guyana, Mark Anthony Phillips, y de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, y Leslie Voltaire, miembro del Consejo Presidencial de Transición de Haití.Los representantes han coincidido en definir a esta cumbre como “histórica y simbólica”: “La primera en el mundo después de lanzarse la consigna de destrucción del multilateralismo”, ha añadido Petro, que ha recibido la estafeta como presidente de la Celac para el próximo año. Sin embargo, la región ha llegado a la reunión sin una estrategia común. Los retos son amplios en un escenario volátil que crea diferencias entre unos y otros. Por ejemplo, el beneficio del que goza México para exportar a Estados Unidos café o aguacate sin aranceles, por delante del 10% que sufren Brasil y Colombia. Por eso, aunque normalmente la cumbre no trata de temas económicos, su anfitriona ha apuntado desde el inicio que en esta ocasión no se podían obviar: “No podemos salir de esta histórica asamblea sin debatir el orden económico y mundial que nos impone EE UU con sus medidas arancelarias y su política de migración”.Claudia Sheinbaum y Gustavo Petro en la cumbre de la Celac.GOBIERNO DE MÉXICOAnte el nuevo tablero de juego, Sheinbaum ha lanzado la propuesta de convocar a una Cumbre por el Bienestar Económico de América Latina y el Caribe, “para hacer realidad una mayor integración económica regional sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a nuestras soberanías”. La idea ha arrancado los aplausos en la sala y ha sido, momentos después, ya aceptada por Díaz-Canel. Brasil, por su parte, ha llegado a la cumbre para tratar de aupar una candidatura latinoamericana en bloque, de consenso, para la Secretaría General de la ONU, que se renueva en 2026. Los dos países, que son las grandes potencias económicas de la región, han pautado un poco antes de la inauguración “fortalecer aún más” sus relaciones con reuniones periódicas entre los Gobiernos y las industrias. Además, Sheinbaum se ha reunido también unos minutos en privado con Petro, Orsi y Arévalo.La presidenta mexicana, que ha llegado la última al foro y ha entrado al compás de Castro, ha afirmado que estos son “momentos de más voluntad”. México ha recibido un trato preferencial frente a los aranceles, por lo que su mandataria ha evitado incluso mencionar el nombre de Trump o de Estados Unidos. Aun así, Sheinbaum ha terminado su conferencia y ha afirmado: “Frente a la adversidad, siempre la esperanza, y la esperanza hoy es la unidad. Que viva América Latina y el Caribe”.Colombia asume la estafetaPetro ha asumido este miércoles la presidenta de la Celac, una oportunidad anhelada por un jefe de Estado de izquierdas que ha querido transformar a este organismo multilateral, donde se sientan 33 países de América Latina y el Caribe, en una mejor versión de la OEA (Organización de Estados Americanos), donde tiene silla Estados Unidos. “Creo que la OEA ya no sirve para ser un foro democrático multilateral de las Américas”, escribió en 2019, cuando aún no era presidente, “la Celac tendría que tomar su espacio”.Mauricio Jaramillo Jassir, viceministro de Asuntos Multilaterales en la Cancillería, explica a EL PAÍS que Colombia llega con la intención de liderar a la región en tres temas: cuál debe ser la postura de la región ante la migración, sobre todo cuando el presidente de Estados Unidos ha convertido a las deportaciones en su bandera política; la necesaria descarbonización de la economía para la protección del medio ambiente, y la interconexión eléctrica en las Américas con energías limpias. “Gustavo Petro tiene una vocación muy latinoamericanista, quiere ser vocero del sur global, y lo está logrando especialmente con su bandera por la descarbonización y sus denuncias sobre lo que ocurre en Palestina”, dice Jaramillo. Aunque el presidente ha dicho en redes que en la Celac también buscará “que cese el genocidio en Gaza”, no es mucho el margen de acción que tiene este organismo multilateral para detener la violencia.Petro ha recordado en su comparecencia su última pelea con Trump por el envío de migrantes encadenados a Colombia. Fue justo entonces cuando el presidente colombiano quiso convocar a una reunión de la Celac de emergencia, algo que finalmente no ocurrió. “La agenda de la soledad solo tiene dos nombres: migración y bloqueo. En esa agenda hay que tratar al migrante como un criminal, ¿lo aceptamos?”, ha dicho el mandatario. “La migración es apenas la consecuencia de una desigualdad. ¿Lo solucionamos poniendo cadenas? ¿Llevando a la población migrante a El Salvador? ¿A unas cárceles para criminales? ¿Es lo que vamos a aceptar como diálogo? Que no es diálogo, es imposición, eso o nos paramos como América Latina”.

Sheinbaum, Lula y Petro buscan una mayor unión latinoamericana en una Celac marcada por la guerra comercial de Trump
Shares: