El exministro de Defensa Iván Velásquez se fue del cargo con una gran deuda pendiente en la lucha antinarcóticos: el combate efectivo de las plantaciones de coca, que se cruzan de manera infaltable con el mapa de las regiones más afectadas por la violencia de los grandes grupos criminales.Mientras las incautaciones de cocaína siguieron rompiendo registros (883 toneladas en 2024), al igual que la productividad de los narcocultivos (más de 1.700 toneladas de cocaína en 2023, según el sistema de la ONU para la medición de cultivos Ilícitos, Simci), los resultados de la erradicación forzada de cultivos siguieron marcando en rojo.El año pasado, el país no logró la modesta meta de 10.000 hectáreas de la hoja destruidas (la más baja en la historia de la lucha antinarcóticos) que plantearon el presidente Gustavo Petro y su entonces ministro de Defensa. De acuerdo con el balance de esa cartera, y a pesar de que en noviembre del año pasado se informó que supuestamente ya se había pasado de las 10.000 hectáreas, la cifra oficial del 2024 quedó apenas en 9.403. Esa cantidad equivale a menos de la treceava parte de los narcocultivos destruidos manualmente en 2020 (130.147 hectáreas).Y el arranque del 2025 no pinta mejor: el mismo reporte del Ministerio de Defensa muestra que en enero pasado no se arrancó en todo el territorio nacional ni una sola hectárea de coca. Es el tercer año consecutivo con un mes completamente en blanco en esa estrategia, que históricamente ha sido atacada por el presidente Petro, pero cuyo debilitamiento, según los expertos, está íntimamente unido a la disparada en la capacidad de los narcos para producir más droga.Iván Velásquez, exministro de Defensa. Foto:X: @mindefensaLa baja contundencia en acabar con este mercado ilícito se da en un momento en el que el país pasa por una oleada violenta que tiene a miles de familias afectadas en el Catatumbo por cuenta de la disputa por los cultivos de uso ilegal entre disidencias de las Farc y Eln, situación que no es ajena a la guerra en el Cauca, Nariño y Putumayo, departamentos donde se concentran las mayores plantaciones de coca.La noticia del nuevo mes con ‘erradicación cero’ llega además en momentos en los que la relación con el gobierno de los Estados Unidos, el principal socio del país en materia de seguridad, no pasa por su mejor momento. De hecho, ya en el gobierno de Joe Biden había molestia por los malos resultados en materia de destrucción de coca, y con la administración de Donald Trump se anticipan fuertes ruidos.Al respecto, Salomón Majbub, investigador de Indepaz, recordó que bajo la administración del expresidente Biden, la Casa Blanca suspendió durante un año la publicación del informe que ellos hacen sobre la droga. No obstante, el reporte ya se activó y en ello será clave lo que decida Trump.Erradicación de cultivos de uso ilícito. Foto:Jaiver Nieto. EL TIEMPO“Veremos qué ocurre, cómo reactiva eso la actuación Trump, y cómo ellos generarán o no a Colombia en sus compromisos de lucha contra las drogas, para descongelarle fondos, sobre todo para temas de defensa y militares”, dijo el analista.A esta situación se agregan las demoras en el arranque de los planes de sustitución voluntaria de cultivos que, a pesar de las declaraciones oficiales, no han despegado en forma. Ya promediando el tercer año, el Gobierno seguía responsabilizando de esa situación a la administración del expresidente Iván Duque.“Durante los años anteriores no se habían cumplido los compromisos de sustitución que se habían hecho. Eso determinó que, durante los años de este Gobierno, los recursos iban al cumplimiento de esas obligaciones insatisfechas. Lo que ahora se pretende es que la política de sustitución efectivamente funcione”, dijo en agosto pasado el saliente ministro Velásquez en una entrevista con este diario.El diagnóstico de expertosCandice Welsch, la representante regional de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), dijo el año pasado que el dato más clave del último Simci era el crecimiento desproporcionado entre los cultivos con fines ilícitos (10 por ciento) y la producción de cocaína (53 por ciento).Jorge Andrés Rico, docente y analista, fue más allá afirmando que la estrategia de lucha contra las drogas es fallida. “Esto se demuestra no solo por el incremento de los cultivos de hoja de coca en el país, sino porque, como lo demuestra el informe de 2023, Colombia aparece dentro de este índice como el segundo país entre 193 con mayor criminalidad, y entre los mercados criminales que permiten establecer la criminalidad, uno de los más fuertes es el del comercio de drogas ilícitas como la cocaína”.Laboratorio de cocaina Foto:MindefensaA su criterio, esta situación tiene que verse desde distintas ópticas, pues por lo que ha analizado, los grupos armados organizados se han expandido por varias regiones reproduciendo la cadena del negocio de la cocaína, “sofisticando su producción y, a su vez, incrementando el rédito económico. Uno de los factores ha sido la ‘paz total’, la cual no ha tenido un proceso estratégico en el marco de una política clara que permita la lucha contra la erradicación, ni siquiera de forma manual, que era una de las vías que este gobierno defendía, para no tener que utilizar la aspersión aérea con glifosato”.Por su parte, Lucas Marín, también experto en el tema, es positivo que se haya reducido la erradicación manual forzada, ya que “la literatura ha mostrado cómo ese tipo de intervención no tiene ningún efecto en términos de eficiencia para reducir los cultivos de coca”. De hecho, añadió que esa estrategia termina afectando a las comunidades, pues genera tensiones con la Fuerza Pública.En esa línea también opinó Salomón Majbub. Para él, hay que tener en cuenta que si bien fue difícil volver trizas el acuerdo de paz firmado con las Farc, en el gobierno Duque “se ralentizó la implementación con otro tipo de agendas”, y eso derivó en que, en materia de sustitución, no se le diera tanta importancia al asunto, para priorizar “la erradicación a la fuerza, que son resultados más inmediatos pero no sostenibles, con altísimos costos en materia de derechos humanos porque ponen a chocar a militares con campesinos por quitar una mata de coca”.Crisis humanitaria por la violencia generada en el Catatumbo. Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa“Esto no ataca los problemas estructurales que explican el surgimiento de estas economías ilegales. Los números muestran cómo en las épocas de mayor número de hectáreas erradicadas forzosamente había un crecimiento importante en el número de hectáreas”, terminó por decir Marín.Las cifras se conocen en un momento en el que llega Pedro Sánchez como ministro, aunque para Jorge Andrés Rico con él no se van a dar modificaciones de fondo en la estrategia contra este flagelo.En enero van 86 toneladas de cocaína incautadasLa interdicción es uno de los planes a los que le ha apuntado el gobierno de Gustavo Petro en su lucha contra las redes que dominan el mercado del narcotráfico, y en esa medida, el primer mes del año cerró con 86 toneladas de cocaína incautadas por la Policía y las Fuerzas Militares, casi duplicando lo obtenido en el mismo periodo del año pasado, cuando dieron con 36 toneladas.El general (r) Pedro Sánchez, nuevo ministro de Defensa. Foto:Cesar MelgarejoUno de los últimos golpes lo propiciaron agentes de la Policía en el peaje de Chinauta, en la vía que conduce de Bogotá a Girardot, donde uniformados hallaron 137 kilos que iban camuflados en un bus que tenía como destino la ciudad de Florencia.Al cierre de 2024, la cifra de operaciones militares contra la cocaína cerró en 883 toneladas incautadas, el máximo golpe que en un año se le ha dado a la delincuencia si se van a los registros que tiene el Ministerio de Defensa desde 2015.Empaques de cocaína. Foto:Guardia Nacional de MéxicoAlgunos expertos, incluso desde Estados Unidos, han dicho que la cantidad de resultados en esta materia se debe a que se han expandido los cultivos, por lo que la situación es proporcional.Según Juan Fernando Vargas, profesor de Economía de la Universidad de Turín, en Italia, a él no le preocupa tanto la erradicación de cultivos de uso ilícito si el Gobierno Nacional “cumple con su promesa de que la estrategia va a ser interdicción: acabar con rutas, decomisar cargamentos, más por el lado del tráfico que por los cultivos. Eso es una estrategia más constructiva que la erradicación”.Eso sí, cree que Gustavo Petro y su equipo están fallando en los ceses al fuego que se han establecido en los últimos meses con grupos de distinta índole “sin ninguna verificación”.Carlos López – Justicia – @CarlosL49 – carben@eltiempo.com

Por tercer año consecutivo, enero arranca sin erradicación de cultivos de coca en Colombia
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