Carolina Moutela sabe dónde está su lucha desde hace años, cuando llegó a la conclusión de que no tenía por qué elegir entre ser lesbiana y ser católica. Y acudir a la manifestación del Europride, en la que esta tarde han participado miles de personas en Lisboa, no forma parte de su lucha. Considera que el evento no apoya a la comunidad LGTBI+, “solo la usa para su conveniencia”, afirma Moutela, que pertenece al Colectivo Safo, de Oporto.Distinta es la opinión de Juan Alejandro Stae, muy reclamado para selfies por la espectacularidad de su imagen durante la marcha que ha recorrido, en forma de gran desfile, las calles de la capital portuguesa . “Estos eventos ayudan a que la gente nos vea. Y no es un orgullo gay, es el orgullo de cualquier persona que debe ser celebrado y por eso son bienvenidos todos”, explica Stae, que siempre acude a los actos donde se apoya la comunidad queer.Sin embargo, varias organizaciones locales de larga trayectoria en la defensa de los derechos LGTBI+ se han desmarcado de la celebración, que se ha desarrollado durante esta semana en la capital portuguesa y que culminó con una marcha entre Saldanha y el Terreiro do Paço, junto al río Tajo. Incluso entidades que habían participado en la elaboración de la candidatura portuguesa para acoger el Europride 2025, como la veterana asociación ILGA (Intervención Lésbica, Gay, Bisexual, Trans e Intersexo), acabaron desmarcándose de la cita. Además de reprochar que el evento tenga más vocación comercial que política, los colectivos críticos se han desvinculado por considerar que contribuye a blanquear la imagen de Israel debido a la conexión de los organizadores con la Embajada israelí, donde trabajó el comisario municipal del Europride 2025, Diogo Vieira da Silva. “Repudiamos la cada vez más evidente cooptación del Europride 2025 por parte de una persona cuya agenda está lejos de tener como prioridad la defensa de los derechos LGTBI+ o los derechos humanos, en particular cuando se refieren al pueblo palestino”, señalaban en un comunicado suscrito por 63 organizaciones en marzo. Corren, además, malos tiempos para la comunidad LGTBI+ en Portugal con el avance de la extrema derecha en varios frentes. El crecimiento de Chega, el partido de ultraderecha liderado por André Ventura y convertido en la segunda fuerza parlamentaria, preocupa por si tiene un efecto arrastre sobre el Gobierno de Alianza Democrática, una coalición conservadora que volvió a ganar en marzo las elecciones después de vencer en las de 2024. En la legislatura anterior, el ejecutivo de Luís Montenegro ya ordenó la retirada de los colegios de una guía con orientaciones para el personal para prevenir la violencia y la no discriminación por la orientación sexual o identidad de género del alumnado. Ventura, que recientemente ha criticado la ayuda económica de la Cámara Municipal de Lisboa al Europride, ataca desde hace tiempo “la ideología de género” en las escuelas.Extrema derechaA esto se suma la actividad cada vez más visible de grupos neonazis y ultranacionalistas, como el Movimiento Armilar Lusitano desarticulado esta misma semana o Habeas Corpus, fundado por un antiguo juez expulsado de la carrera, que ha boicoteado diversos actos y ha publicado en sus redes sociales una lista titulada “terroristas LGBTQIA+ fuertemente financiados por el Estado”. “Estamos retrocediendo en relación con el trabajo hecho en los últimos 10 o 15 años, no nos han retirado aún ninguno de los derechos pero sí visibilidad”, resume Carolina Moutela. “Las personas LGTBI+ son amenazadas y violentadas en la calle”, afirma. Hace pocos días la organización extremista 1143, con historial de amenazas, discursos y acciones de incitación al odio contra el universo queer, organizó en Oporto la primera marcha del Orgullo Heterosexual.El informe que examina cada año la situación de los derechos LGTBI+ en Europa ha constatado el retroceso de Portugal, que ha dejado de estar entre los diez mejores países. En este Mapa Arco Iris, elaborado por ILGA Europa, el país obtiene una puntuación de 66,99% (la media de la Unión Europea es de 51,13% y la de España es de 77,97%). El peor resultado se da en la categoría de delitos y discursos de odio.

Orgullo: Lisboa acoge un controvertido Europride en un momento de reacción contra los derechos LGTBI+ | LGTBIQ+
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