Meghan Markle se ha convertido en una de las protagonistas indiscutibles del mes de marzo. El estreno de su programa de estilo de vida, Con amor, Meghan, en Netflix, ha copado titulares en medio mundo: hay quienes critican cada uno de sus movimientos y quienes, por el contrario, han encontrado en este formato una fuente de entretenimiento para desconectar del día a día. Pero ella parece haber hecho oídos sordos a todos estos comentarios —tanto a los positivos como a los negativos— para continuar con sus planes ya previstos para 2025. Su objetivo para este año es claro: recuperar la base de seguidores que consiguió reunir gracias a The Tig —blog de estilo de vida que eliminó tras conocerse su relación con el príncipe Enrique en 2017— y mostrar, de nuevo, su lado más personal en Instagram, donde ya acumula 2,6 millones de seguidores. Ahora ha decidido dar un paso más con el que confirma que quiere convertirse en una gurú de estilo y, además, ganar algo de dinero con estas recomendaciones.“Muchos me habéis preguntado, y aquí lo tenéis”, escribió la duquesa de Sussex en la citada red social este lunes 24 de marzo, al mismo tiempo que incluía un enlace a su perfil en Shop My, una web especializada en moda donde las influencers más conocidas comparten algunas de las prendas favoritas de su armario. Su Instagram es un escaparate al mundo y una referencia de estilo para todos sus seguidores. “Una colección cuidadosamente seleccionada de las cosas que me encantan. ¡Espero que las disfrutes!”, puntualizada en la página. Es un movimiento que, como ya viene siendo habitual, ha generado una oleada de noticias en medios internacionales que no dudan en compararla con su cuñada, Kate Middleton.Más informaciónLa princesa de Gales sabe cómo vestir y adaptar su estilismo a cada momento vital de su vida. Por eso, saber de dónde son las prendas que luce en estos compromisos es uno de los objetivos principales de las webs especializadas en moda: da igual si se trata de looks más formales o de otros más casuales y que son fácilmente adaptables. Pero el pasado mes de febrero todo cambió. Una fuente del palacio de Kensington anunció a The Times que iban a dejar de compartir información sobre la ropa que lleva para que toda la atención se centre en su trabajo. “Siempre va a haber un interés por la ropa que se pone y ella lo entiende, pero, ¿tenemos que anunciar siempre de manera oficial qué es lo que lleva puesto? No. El estilo está ahí, pero es la sustancia lo que importa”, subrayó la fuente al citado medio. Es una práctica habitual en la familia real británica que también realizan, por ejemplo, con las vestimentas de la reina Camila. Ahora parece que Meghan Markle quiere ocupar ese hueco que ha dejado Kate o, al menos, ponerse a un nivel parecido en su influencia como prescriptora de moda.Meghan Markle en el segundo capítulo de ‘Con amor, Meghan’, su docuserie de Netflix estrenada el 4 de marzo de 2025.jenna peffley (JENNA PEFFLEY/NETFLIX)Cuando se anunció el cese de estas informaciones sobre la princesa, algunas firmas emergentes y otras más conocidas lamentaron que sus productos dejasen de ser un éxito en ventas tras esta decisión, y aquellos seguidores que ansiaban copiar su estilo vieron frustrados sus deseos. Con esta nueva iniciativa, la duquesa de Sussex busca lograr el mismo efecto, pero de una manera más original y personal. Así abre las puertas a posibles colaboraciones con marcas que financien sus publicaciones y que supongan un nuevo sustento económico. En su perfil de Shop My se pueden encontrar productos de todo tipo: un bolso de Polène por 380 euros, un vestido de Tracy James por 350 euros o unas sandalias de Bergdorf Goodman por 500 euros. “Ten en cuenta que algunos productos pueden contener enlaces que generan comisiones”, explica una nota en la página web. En otras palabras, que recibirá una parte de la venta —tal y como apunta The Times, en estos casos se suele recibir un mínimo del 10% del precio original— si se compra cada prenda desde ese enlace. Precisamente, esta es la diferencia más importante que han señalado desde los medios británicos: la princesa lo hace de forma altruista y sin buscar nada a cambio, mientras que la duquesa quiere sacar rédito económico de cada uno de sus movimientos. De hecho, parece que algunas de las páginas y firmas que ha incluido han colapsado y no se pueden visitar después de la gran cantidad de visitas que previsiblemente han recibido en las últimas 24 horas.En los últimos días, Meghan ha recibido apoyo desde la que ya es su casa cinematográfica: Netflix. El codirector Ted Sarandos, en una entrevista con Variety, quiso alabar el poder que tiene la duquesa y señaló a aquellos que la critican. “Creo que se subestima la influencia en la cultura. Cuando lanzamos el tráiler de la serie documental Enrique y Meghan (2022), la prensa analizó todo lo que aparecía en pantalla durante días. Los zapatos que llevaba se agotaron en todo el mundo. La manta de Hermès que estaba en la silla detrás de ella se agotó. La gente está fascinada. A ella y a Enrique se les ignora excesivamente”. Y ahora ha vuelto a ocurrir con las prendas que luce en Con amor, Meghan.Sea como fuere, los Sussex han encontrado otra fuente de ingresos que se suma a todos los proyectos —está por ver si exitosos o no— que han puesto en marcha en los últimos meses. Será el próximo 8 de abril cuando estrene un nuevo podcast, Confesiones de una fundadora, y todavía tiene que lanzar su marca As Ever, con la que pretende vender algunos de los productos que muestra en su programa de estilo de vida y convertirse así en una empresaria de éxito.

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