La sonda japonesa Resilience, lanzada por la empresa japonesa Ispace, no ha conseguido aterrizar con éxito en la Luna. Tras completar la última fase de aterrizaje se perdió la comunicación con la nave pasadas las 21.17 de ayer, y no ha sido posible establecer contacto desde entonces. La compañía responsable del proyecto ha dado la misión por terminada.Los ingenieros en el Centro de Control de la Misión, ubicado en Nihonbashi, Tokio, transmitieron los comandos para ejecutar la secuencia de aterrizaje a las 21.13, hora peninsular, del jueves. El módulo de aterrizaje Resilience comenzó la fase de descenso desde una altitud de aproximadamente 100 kilómetros hasta cerca de 20, ha explicado la compañía en un comunicado este viernes. La nave pudo encender su motor para frenar. “Aunque se confirmó que la posición del módulo era casi vertical, posteriormente se perdió la telemetría y no se recibió ningún dato que indicara un aterrizaje exitoso, incluso después de que pasara el tiempo programado para ello”, ha detallado la empresa.Los responsables de la misión creen que el fallo estuvo en el dispositivo de láser que mide la distancia a la superficie lunar en el punto de aterrizaje, situado en el Mar del Frío, en el extremo norte del satélite. Debido al retraso en estas medidas, el Resilience no pudo frenar lo suficiente y se estrelló contra el suelo. “Se asume que el módulo probablemente realizó un aterrizaje forzoso en la superficie lunar”, ha detallado la empresa en un comunicado.“Dado que actualmente no hay perspectivas de un aterrizaje lunar exitoso, nuestra máxima prioridad es analizar rápidamente los datos de telemetría que hemos obtenido hasta ahora y trabajar arduamente para identificar la causa”, ha dicho Takeshi Hakamada, fundador y consejero ejecutivo de Ispace ne declaraciones difundidas por su organización. “Nos esforzaremos por recuperar la confianza proporcionando un informe con los hallazgos a nuestros accionistas, clientes de cargas útiles, socios de Hakuto-R [nombre de la misión]funcionarios gubernamentales y todos los simpatizantes de Ispace.”Esta era la segunda vez que la empresa nipona fracasa en llevar naves a la superficie lunar. Su primera misión, en 2023, sufrió un problema también en las últimas fases de aterrizaje y nunca se pudo establecer comunicación con ella. A bordo de esta segunda misión viajaba Tenacious, un pequeño vehículo de exploración que pretendía ser el primero europeo en llegar al satélite. El artefacto lo habían construido la filial europea de Ispace con parte de financiación del programa espacial de Luxemburgo. A bordo del Resilience viajaban otros experimentos desarrollados por empresas privadas, como un dispositivo para obtener oxígeno e hidrógeno del hielo lunar y un pequeño cultivo de algas, un posible alimento para los futuros astronautas que viajen a la Luna. La empresa no ha detallado el coste total de la misión, pero el coste de su carga era de unos 14 millones de euros, informa Reuters.Este fracaso es un importante golpe para una empresa que pretendía ser pionera en la llegada a la Luna con sondas robóticas y la explotación de los recursos lunares. La empresa nipona tiene un contrato futuro con la NASA para llevar cargas de hasta 100 kilos al satélite por valor de unos 50 millones de euros. También tiene un contrato con la Agencia Espacial Europea para lanzar una misión de exploración de los hielos polares. Por ahora, solo dos empresas estadounidenses han conseguido aterrizar con éxito en el satélite. Solo cinco países han logrado esta hazaña: Estados Unidos, Rusia (en tiempos de la extinta Unión Soviética), India, Japón y China, que es el gran competidor de occidente para llevar astronautas a la superficie del satélite, antes de 2030.

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