Las partes del cuerpo de un hombre descuartizado y arrojado en tres bolsas de yute blancas en plena vía perimetral de Guayaquil, Ecuador, son una escena que desde 2022 se ha venido instaurando en uno de los puertos más importantes del Pacífico. Una sanguinaria guerra de narcos invisibles se está disputando el control del tráfico de droga en la ciudad y como modus operandi adoptó descuartizar, decapitar y dejar los restos en vía pública en retaliación.EL TIEMPO se comunicó con fuentes de la Policía Ecuatoriana y aseguraron que desde hace dos años se vienen reportando estos casos. A finales de 2022 ocurrieron cinco desmembramientos en menos de un mes. Esta práctica se mantuvo durante los años siguientes en los que la comunidad se encontraba con partes de cuerpos humanos envueltas en cobijas o costales.El pasado 18 de febrero, siete personas fueron asesinadas en el puerto de Guayaquil, entre ellas un menor de edad, como resultado de un ataque sicarial. La tasa de homicidios en Ecuador pasó de seis por cada 100.000 habitantes en 2018 a 47 en 2023. El control de las nuevas rutas para sacar cocaína (buena parte de esta proveniente de Colombia, que tiene uno de los enclaves en la zona fronteriza) sería la razón detrás de esta disputa. La Policía adelanta investigaciones para establecer su identidad. Foto:Archivo particularEn el último hecho de descuartizamiento, reportado por las autoridades el pasado 28 de febrero -día en el que fueron visibles las bolsas de yute con rastros de sangre-, la víctima sería un ciudadano colombiano. La Unidad Investigativa de este diario reveló que se trataría de alias ‘Boyaco’ o ‘Flaco Vera’, quien habría cruzado la frontera para cumplir una cita con un socio.Según el reporte en poder de este diario, fueron encontradas “seis partes” y el homicidio habría sido perpetrado con arma blanca. La Policía de ese país ya alertó a Colombia, que envió la carta dactilar del ciudadano para confirmar al 100 por ciento su identidad.El cuerpo descuartizado dentro de costales. Foto:Archivo particularEl nombre de pila de alias ‘El Boyaco’ es, según las investigaciones preliminares, Dionisio de Jesús Vera Olmos, un hombre nacido en 1974 que fue extraditado a Estados Unidos en 2013, para responder dentro de un proceso por tráfico de drogas que lo llevó a aceptar cinco cargos y ser condenado a 11 años y cuatro meses de cárcel, de la que salió a inicios de 2018.Desde entonces, se movería por el sur del país fuertemente escoltado en medio de una cacería que le habría montado Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, hace unos años. Así lo reveló Noticias Caracol en un audio en el que el otrora jefe del ‘clan del Golfo’ dice que “en Bogotá quedaron otros que hay que bregarles a hacer lo más pronto posible, que es el viejo Hernando Sánchez y ‘Boyaco Sinaloa'”.Alias Otoniel la habrían emprendido contra ‘Flaco’. Foto:EL TIEMPOLa extradición a Estados UnidosDionisio de Jesús Vera fue detenido en Bogotá bajo una solicitud de extradición el 18 de noviembre de 2011 y entró a la cárcel La Picota seis días después, hasta que el 30 de enero de 2013 fue enviado a Estados Unidos.En la solicitud de extradición desde la Corte del Distrito Este de Virginia, Estados Unidos añadió la declaración jurada que rindió el agente de la DEA Steven Murphy, famoso porque fue uno de los que persiguió al ‘cartel de Medellín’ y a Pablo Escobar.En la acusación en su contra fueron cinco los cargos enlistados, que años después terminó aceptando. El primero tiene que ver con que al parecer, desde julio de 2009 Dionisio Vera, conocido para la época con el alias de ‘Flaco’, ‘Cofla’, ‘Boyaco’ o ‘Cuñado’ se habría aliado con otras personas para enviar varios kilos de cocaína a Estados Unidos a través de Honduras.La extradición fue avalada por la Corte Suprema de Justicia. Foto:Cortesía”Desde el 2 de septiembre de 2010, o alrededor de esa fecha, en Colombia, Honduras y en otros lugares, los acusados distribuyeron ilegalmente cinco kilogramos o más de una mezcla y sustancia que contenía una cantidad detectable de cocaína”, dice el segundo cargo. Los otros tres son por el mismo negocio pero con fechas distintas: el 16 de septiembre y el 19 de noviembre de 2010, y el de enero de 2011.Su defensa alegó que no tenía que concederse la extradición porque no se adjuntaron pruebas de que los delitos eran contundentes, y más porque supuestamente los hechos se habían cometido en Colombia, no en Norteamérica.Sin embargo, con ponencia de la magistrada María del Rosario González, la Corte Suprema concluyó en su momento que “las conductas atribuidas al requerido por la Corte del Distrito Este de Virginia, traspasaron las fronteras colombianas, con lo cual resulta satisfecha la condicionante constitucional referida a que el hecho haya sido cometido en el exterior”.Agentes de la DEA (Imagen de referencia). Foto:Archivo particularPara llegar a ese punto tuvo en cuenta la declaración que hizo el agente Murphy, quien explicó que la organización criminal dedicada al tráfico de drogas se asoció para enviar cocaína a Estados Unidos muchas veces, desplegando sus actividades por varios países y rutas, “pero con el propósito de ingresar sustancias de Colombia a Estados Unidos”.Con ello, la magistratura profirió a dar luz verde a la extradición y quedó en manos del gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos concederla, trámite que quedó en firme y se surtió en 2013, año desde el cual él empezó a aceptar cargos y fue condenado a 136 meses.Nexos con las esmeraldasParalelo al pedido en extradición, en Colombia a Vera Olmos lo reseñaron en la Policía como uno de las personas que habría invertido en una empresa dedicada a explotar esmeraldas en Muzo, Boyacá.Muzo es un pueblo esmeraldero ubicado en Boyacá. Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO”Siempre mantuvo una imagen de un conocido comerciante de esmeraldas que tenía oficinas en el centro de Bogotá. Su nombre figura como socio capitalista de una empresa en Muzo”, le explicó en su momento una fuente de la Policía Antinarcóticos a EL TIEMPO.Por su parte, el general Óscar Naranjo, como director de la Policía de la época, anotó que la plata que conseguían del negocio de las esmeraldas iba a pagar “nóminas paralelas” del Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia, el grupo narcoparamilitar que tenía como cabecillas a Daniel ‘el Loco’ Barrera y a Pedro Guerrero, alias Cuchillo, de ahí la relación que a Vera Olmos le hacían con ellos dos.Sobre sus actividades de narcotráfico, la Policía explicó que ‘el Flaco’ habría reemplazado en el negocio a Juan Carlos Ramírez, alias Manicomio, y que en Honduras habrían creado empresas fachada para generar confianza haciendo envíos ilícitos.Daniel ‘el Loco’ Barrera. Foto:Policía”Estamos hablando de seudo empresarios que lograron penetrar el mundo comercial de Barranquilla, haciéndose pasar como prósperos exportadores y comerciantes. No estamos hablando de empresas de poca monta, sino de una estructura que logró en Barranquilla formar un epicentro de lavado de activos para Daniel Barrera”, concluyó el general Naranjo.Sara Quevedo y Carlos López – Justicia – @JusticiaET

La guerra de narcos detrás del presunto capo colombiano descuartizado en Ecuador
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