La Fiscalía General de la República (FGR) no ha encontrado indicios de hornos crematorios en el rancho de Teuchitlán que el Cartel Jalisco Nueva Generación utilizaba como base para secuestrar, torturar y asesinar. El fiscal general, Alejandro Gertz, ha comparecido este martes en la Mañanera para informar sobre los avances en la investigación, que la FGR asumió el 24 de marzo después de semanas envuelta en una batalla de acusaciones con la Fiscalía de Jalisco. “El avance es muy adelantado, primero mandamos hacer una prueba de la tierra, los materiales pétreos y los materiales de construcción de todo el inmueble para determinar si había habido ahí una huella suficiente para una acción de cremación. No la encontramos. Para nosotros eso no es suficiente, hemos pedido a los laboratorios de la Universidad Nacional que sean los que ratifiquen o rectifiquen esa información y es la que yo voy a compartir con ustedes”, ha asegurado Gertz.Las declaraciones de Gertz chocan contra un estudio de investigadores de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación del Gobierno de México, al que tuvo acceso EL PAÍS, que identificó en el rancho “altas concentraciones de ceniza” y humo procedente de hogueras alimentadas con hidrocarburos “como gasolina, diésel o llantas” en 2019, años antes de que se destapara su uso por parte del CJNG. Ese estudio, realizado a partir de imágenes satelitales, casa con los hallazgos de los colectivos de buscadores de desaparecidos que entraron al rancho a principios de marzo. Las cenizas aparecen en los mismos puntos de la finca donde los buscadores señalaron la existencia de agujeros en el suelo usados como hornos crematorios de personas.Las palabras del fiscal general tampoco explican la aparición de cientos de fragmentos de hueso en el lugar, ni las montañas abandonadas de zapatos y ropa que se convirtieron instantáneamente en el símbolo de la ausencia de un país que busca a más de 127.000 desaparecidos por toda su geografía, con epicentro en Jalisco, Estado que lidera el ránking con más de 15.000 desapariciones. Para las madres buscadoras, el rancho de Teuchitlán funcionó como un centro de exterminio. Los esfuerzos del Gobierno mexicano, desde su descubrimiento, han estado centrados en evitar el uso de ese concepto e intentar venderlo como un centro de reclutamiento para el cartel. En esa línea, Gertz ha asegurado este martes que, según sus pesquisas, “logramos establecer con toda precisión que era un centro de reclutamiento, de operaciones y de capacitación”.Alejandro Gertz Manero (derecha) durante la conferencia matutina de Claudia Sheinbaum, este martes en Palacio Nacional. Galo Cañas Rodríguez (Cuartoscuro)Cuestionado en la Mañanera, la conferencia diaria de prensa de la presidenta, Claudia Sheinbaum, sobre los huesos, Gertz ha restado importancia al hallazgo: “Mire, hay varias ocasiones en que se lograron establecer algunos restos humanos. Están muy fraccionados. Son pequeños cuencos, donde se hallan restos que no corresponden directamente a un solo cadáver”. Sin embargo, sí ha aceptado que los huesos presentan evidencia de haber sido quemados: “Tienen, en algunos casos, huellas de algún tipo de cremación. Lo que hemos hecho es hacer el dictamen pericial y luego, igual que con la tierra y las construcciones, mandarlo a la UNAM, para que se establezca con toda precisión la antigüedad de esos restos, si existe alguna vinculación con alguna de las personas interesadas en las búsquedas”.El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, confirmó una parte de lo que los colectivos de búsqueda ya habían adelantado: que el CJNG utilizaba el rancho de Teuchitlán para torturar y asesinar a los jóvenes a los que había secuestrado anteriormente o, según Gertz, reclutado. El mismo día que la FGR asumió el control de la investigación, García Harfuch hizo pública esa información, basada en los interrogatorios a uno de los detenidos, José Gregorio Lastra, quien raptaba muchachos para unirlos forzosamente a las filas del CJNG. Gertz ha informado este martes de que ya hay 15 arrestados, a los que han podido vincular con los delitos de delincuencia organizada, y justifica la tesis de que el rancho solo se trataba de un centro de reclutamiento con el testimonio de Lastra y dos personas más vinculadas a él, una en Zacatecas y otra en Jalisco.El fiscal general ha prometido entregar a la prensa “una buena cantidad de información” sobre los hallazgos lo antes posible. “Tiene que ser inmediato”, ha sostenido. “Y algo importante, una vez terminado el proceso pericial, vamos a abrir ese campo para que todos los colectivos puedan trabajar, y además estos restos estarán a disposición pública para que se ratifique la decisión pericial que tomemos”. Gertz ha reconocido que la FGR ha recibido información de que la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco dio a conocer a autoridades locales de Teuchitlán lo que ocurría en el rancho “y no hicieron nada”. Si el estudio de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación apuntaba a cenizas y el humo negro de hidrocarburos ya desde 2019 (en un rancho que no se utilizaba para labores agrícolas), la gran pregunta es desde cuándo se usaba la finca con finalidades criminales.José Luis Silván, uno de los autores del estudio, declaró en entrevista con este diario: “Aunque no nos atrevemos a decir que sean personas quemadas, porque esas trazas de cenizas se pueden producir de varias formas, a la luz de otra evidencia y lo que está ocurriendo, hay muchas posibilidades de que sí sea así”. Unos días antes de que la FGR tomara control de la investigación, Gertz ordenó a la Fiscalía de Jalisco la apertura del rancho a la prensa y los colectivos buscadores, en una jornada marcada por la falta de organización. Decenas de personas anduvieron por la escena, contaminando evidencias, antes de que la FGR pudiera hacer sus pesquisas.

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