Kiko Matamoros (Madrid, 68 años) parece un tipo duro en pantalla, pero en persona es amable, refinado, como los sofás de su casa. Vive en un piso palaciego en el Madrid de los Austrias. Manuel Becerra, ministro durante la Primera República y el reinado de Alfonso XII, vivió aquí. Los muebles, modernos y con aires art decó, los ha diseñado él mismo. “Mi sueño era estudiar Arte y Decoración. Cuando se lo dije a mi padre, me respondió: ‘¿Qué te parecería hacer una cosita de hombres?’ Fue una frustración”, explica el colaborador de televisión y exrepresentante de famosos.No lo dejaron ser decorador, pero ha sido todo lo que ha querido: modelo, director comercial de una editorial, consultor de dirección, empleado de Radio y Televisión de Andalucía, asesor en la Consejería de Obras Públicas de la Comunidad de Madrid, secretario general de las Empresas del Juego de la capital y, desde hace varias décadas, azote de los platós del corazón. “La gente me conoce por la tele, pero llevo más de 50 años trabajando. Aunque no lo parezca, he trabajado mucho”, dice.Más informaciónNada es lo que parece con Matamoros. Está a punto de convertirse en un septuagenario, pero tiene el cuerpo y la energía de un gym-bro de treinta y pico. “Soy muy Peter Pan. Me gusta vampirizar a la gente joven. Sigo yendo a discotecas y los chavales de 18 me piden fotos. El 70% de mis seguidores en Instagram es menor de 40 años″, apunta. Ha convertido dos salones de su casa en un gimnasio que nada tiene que envidiarle al David Lloyd de la calle Serrano [el antiguo Reebok]. Entrena a diario, cuida su alimentación y sigue a rajatabla una terapia hormonal sustitutiva para mantener sus niveles de testosterona. También lee mucho. Sobre una mesa hay un ejemplar de Madrid DF, de Fernando Caballero, y acaba de terminar Los extrañados, de Jorge Freire, e Historia del mundo en 12 partidos de fútbol, de Stefano Bizzotto.A lo lejos se oye una cinta de correr en marcha. Su mujer, Marta López, está entrenando. López, cuatro décadas más joven que él, es modelo e influencer. Llevan seis años juntos. Se casaron en 2023 en la Basílica de San Miguel, a unos metros de su casa. “Se nota la diferencia de edad en todos los sentidos. Pero no de forma dramática o negativa. Todo lo contrario. A los dos nos gusta el cine y la lectura. Marta es una mujer cultivada: toca al piano y está terminando su carrera”, reconoce.Marta López y Kiko Matamoros recién casados el 2 de junio de 2023 en Madrid.SOPA Images (Atilano Garcia / SOPA Images/Sipa USA / Cordon Press)Ni que fuéramos shhh, el programa en el que Matamoros colabora desde mayo del año pasado, una reformulada versión del extinto Sálvame, se despide de la audiencia esta semana. La razón no es otra que el inminente desembarco de parte de su equipo en las tardes de La 1 de Televisión Española. A él parece no preocuparle su futuro: “Si voy a TVE, bien. Y si no voy, también. He estado en programas deportivos hablando de fútbol, he participado en tertulias y debates políticos y en mesas de actualidad… Tengo un bagaje formativo y cultural para hablar de lo que me dé la gana, con respeto y permiso del personal. Soy un chico bien mandado, un segundo línea bastante brillante”.Pregunta. Hay cierta intelectualidad que todavía no comprende que un programa del corte de Sálvame pueda ser un servicio público.Respuesta. Lo entienden de forma intermitente, según el calendario electoral. Es muy fácil argumentar que un programa como Sálvame no te guste. Pero lo que es muy difícil de argumentar es que la gente que está en su casa no tenga derecho a ver un programa de ese corte. Creo que en Televisión Española, después de una travesía por el desierto bastante larga, han entendido que el entretenimiento es un servicio público. Además, creo que el mando de la tele es uno de los pocos instrumentos democráticos que nos quedan. Si a alguien no le gusta un programa, puede cambiar de canal.P. Algunos de sus compañeros lo pasaron muy mal tras la cancelación de Sálvame. ¿Usted cómo lo vivió?R. Yo no lo pasé mal. Entendí que formaba parte del juego. Cualquier empresa tiene derecho de disponer de sus activos como le de la gana. Me molestó cómo se produjo. Después de 14 años, me pareció poco elegante enterarme por un periódico de que estábamos en la puta calle.P. El tiempo y los datos de audiencia han demostrado que Telecinco se equivocó.R. Me alegro, no porque les vaya mal, pero sí porque se han equivocado. Hemos demostrado que la gente nos quería y nos seguía y que éramos el principal activo que tenía esa cadena.P. Alguna vez reconoció que su familia era franquista. ¿Usted se considera progresista o conservador?R. Me hace gracia cuando me llaman fascista porque soy un socialdemócrata y siempre he votado al PSOE. Pero también te digo que últimamente no voto. Ahora mismo milito en el abstencionismo, lo cual no quiere decir que no tenga un espíritu crítico hacia unos y hacia otros.P. Se armó un revuelo cuando hace unos años dijo que era fan de Pedro Sánchez.R. No soy fan porque me guste lo que hace o cómo lo hace, pero es que los tiene a todos bailando. Uno de mis sueños es poder jugar una partida de póker con Pedro Sánchez. Lo dije hace muchos años en Twitter y lo reitero.P. ¿Quién ganaría esa partida?R. Él, con toda seguridad. Ha resucitado más veces que Jesucristo.”Me hace gracia que me llamen fascista, siempre he votado al PSOE”, asegura Kiko Matamoros. INMA FLORESP. Hace 25 años, usted apareció en Crónicas marcianas y se convirtió en un personaje televisivo. ¿Se arrepiente de haber dado ese paso?R. No me arrepiento de ser un personaje de la tele, pero tampoco me siento excesivamente orgulloso. Afortunadamente, mi madre no lo vio.P. ¿Qué planes tenía su familia para usted?R. A mi madre le habría gustado que fuera un hombre serio y un padre de familia responsable. Empecé a estudiar Derecho por una imposición de mi padre. Tengo alguna matrícula de honor y todo.P. ¿Y cómo terminó en el showbusiness?R. En cuarto curso empecé a trabajar como modelo. Empecé a ganar dinero y a tener independencia. Al final me fui de casa y ya dejé Derecho. Empecé a representar a quien entonces era mi cuñada, Mar Flores, porque estaba en un momento difícil y me pidió ayuda. Así empecé.P. Como representante de famosos, ¿quién fue su cliente más difícil?R. Jimmy Giménez-Arnau era el más difícil, pero también era el más divertido. Carmen Ordóñez también era difícil porque hacía lo que le daba la gana, pero también era la más entrañable, la que más me ha querido y a la que más he querido. Fui su agente de viajes, su contable, su psicólogo, su guardaespaldas, su todo. Hasta que un día dije: “Se acabó”.P. Con Mar Flores no terminó bien.R. No, no terminé bien por problemas familiares.P. Pero reconocerá que Mar fue muy maltratada por los medios y la sociedad.R. Mucho. Muy maltratada y muy traicionada. Mar fue víctima de un enemigo muy poderoso que estaba obsesionado con ella. Pero también fue víctima de sí misma. Hay que saber dónde te metes.P. Su hermano, Coto Matamoros, estuvo involucrado en la publicación de aquellas fotos de Mar y Alesandro Lequio en Interviú. ¿Eso lo distanció de él?R. Me distancié de mi hermano porque creo que no está bien. Ha habido muchos motivos, pero principalmente por el daño que ha intentado infundir en los míos.P. Tiene cinco hijos. ¿Ha sido un buen padre?R. No he sido un padre al uso. Pero tengo con mis hijos una relación bastante más sana que la que tuvo mi padre conmigo. Me hablo con todos e intento ayudarles en lo que puedo. Reconozco que he cometido muchos errores, pero intento compensarlos. En esas estamos y en esas estaremos hasta que me muera.Laura Matamoros con su padre, Kiko, y su hermano Diego (y Jorge Javier Vázquez, presentador del programa, junto a ella) en la final de ‘Supervivientes’, en 2017.Ana Barajas / Cordon Press / CorP. De niño sufrió abusos físicos y sexuales en un colegio de curas. ¿Necesitó hacer terapia?R. Solo fui al psicólogo una vez en mi vida y fue por un tema ajeno a esto. Los abusos que sufrí no son superables, pero he aprendido a vivir con eso. Si a eso lo llamamos superarlo, entonces te puedo decir que sí, que lo superé. Pero es una herida que tienes dentro y que condiciona tu forma de relacionarte, tu sexualidad, absolutamente todo. ¿Hasta dónde? Eso no te lo puedo decir. Lo que me pone de muy mala leche es el cinismo de la Iglesia.P. Pero usted se casó por la iglesia con su actual mujer.R. Mi mujer se quería casar por la iglesia y lo hice. Pero no tengo buena relación con la Iglesia, quizá porque me eduqué en un colegio religioso. No entiendo las vinculaciones entre la Iglesia y el Estado, o que nuestra vicepresidenta [Yolanda Díaz] tenga audiencias con el Papa.P. Para muchos, el Papa es un referente progresista.R. Lo siento mucho, pero a mí el Papa me parece un demagogo y un reaccionario. No sé por qué se lo considera un tipo progresista. La Iglesia Católica es la institución más antifeminista que existe en el mundo. Le niega a la mujer todo. Y va la vicepresidenta y le rinde pleitesía a este señor. ¿Qué hace una feminista ahí? Pero entiendo que la educación cristiana ha ayudado a mucha gente a ser mejor persona. A mí los mandamientos me parecen bien, excepto dos.P. ¿Cuáles no le parecen bien?R. El sexto [No cometerás actos impuros] y el noveno [No consentirás pensamientos ni deseos impuros]por supuesto. Esos dos me parecen una gilipollez.P. Reconoció haber sufrido adicciones. ¿Esas adicciones pudieron estar relacionadas con lo que sufrió de pequeño?R. No lo sé. Nunca percibí que fuera positivo ir a terapia para que se produjera esa catarsis. Nuestro cerebro va aparcando las partes más desagradables de nuestra vida. Yo ya estoy en el camino de vuelta y me voy quitando fardos. Vivo más cómodo así, relativizando los daños que me han podido hacer. Lo que me ha pasado lo doy por bueno porque me miro en el espejo y no me parezco un ser despreciable. Me miro dentro y estoy razonablemente contento con lo que he sido y lo que hecho.P. ¿Piensa en la muerte? ¿Le preocupa?R. De niño vivía atormentado con la idea de la muerte porque era un pecador. Eso me decía un capellán de la orden corazonista: que era un pecador y que me iba a ir al infierno. Tenía siete u ocho añitos. He aprendido a ir desprendiéndome de esos miedos. Estamos y un día dejamos de estar y se acabó. Después, como no hay nada, nos convertimos en gusanos. No hay nada más allá. Bueno, dicen que los gusanos tienen alguna capacidad de comunicación, así que podrían enviar algún mensaje. Eso está muy bien para Cuarto milenio.

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