Gabriela Salas es una científica mexicana de 28 años, originaria de Puerto del Caballo, Hidalgo, un pequeño pueblo de 20 habitantes. Su historia no solo es un ejemplo de dedicación y esfuerzo, también es la muestra de la importancia del derecho a la educación para las mujeres y su necesidad de formarse en carreras científicas. “Es importante que las niñas estudien para que sigan aprendiendo, sigan luchando y sean más libres”, comenta desde Madrid, donde ahora está estudiando un Máster en Ciencia de Datos por la Universidad Politécnica. Hace dos años, Salas fue reconocida a nivel nacional por incorporar el idioma náhuatl, hablado por 1,6 millones de personas en México, al traductor de Google.La joven científica reivindica la importancia de incluir las lenguas indígenas dentro de las herramientas digitales, un hito que puede cambiar el futuro de las culturas originarias, condenadas a desaparecer a medida que mueren sus hablantes. En su pueblo, por ejemplo, ya solo quedan dos hablantes de náhuatl. Ella y su madre. “Con esta tecnología podemos rescatar nuestra historia”, responde. “Hay un montón de compendios, poemas y recetas de medicina ancestral que existen en otras lenguas y que no conocemos”, agrega. Esas recetas son las que aprendió de sus abuelas y su madre, heredadas de generación en generación de manera oral.Salas reconoce que ella iba para ginecóloga. En realidad, lo que siempre quiso ser fue partera, “como una de mis abuelas”, dice, pero la vida y los recursos que tenía su familia, le llevaron a estudiar una ingeniería en Tecnologías de la Información en la Universidad Tecnológica de Tula-Tepeji, en Hidalgo. “Ahí me empecé a enamorar de la ciencia”, asegura. Gracias a una beca, continuó sus estudios en Ciudad de México con una maestría en Inteligencia Artificial en la Universidad Abierta y a Distancia de México. “Era de las pocas mujeres de mi clase, que además venía de un contexto rural”, apunta. El apoyo de su familia fue determinante para seguir adelante con su carrera. “Como decía mi papá: el día que termines tus estudios, vas a saber cómo defenderte”, dice.En 2024, participó en una convocatoria de Google para colaborar en la inclusión de lenguas originarias en el traductor en línea que tiene la empresa. Salas aportó una base de datos que había reunido a lo largo de los años con palabras clave. Su trabajo fue fundamental para que ahora se pueda traducir a esta lengua de manera virtual. Después de aquello, la BBC la nombró una de las 100 mujeres más inspiradoras e influyentes del 2024. También fue reconocida como la primera mujer indígena en áreas de la tecnología por la Organización para las Mujeres en Ciencias de la Unesco.Consciente de la realidad que tuvo que vivir, Salas ahora lucha para abrir el camino a otras mujeres que vienen detrás de ella y que la ven como un referente. “Quiero que las personas que hablan náhuatl tengan las mismas oportunidades de acceder a la información y comunicarse en el mundo digital”, asegura. Su próximo proyecto es crear un centro de recuperación de lenguas indígenas donde también se pueda rescatar maya, zapoteco, mixteco y lenguas originarias de cualquier lugar del mundo. “Ese es mi sueño”, dice.Al igual que Gabriela, las niñas y mujeres enfrentan obstáculos en muchas partes de la región que les impiden acceder a la educación y a carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, conocidas como STEM. Solo el 30% de los investigadores en el mundo son mujeres, según la Unesco. En América Latina y el Caribe, esta cifra es aún menor, destacando la urgente necesidad de políticas y programas que promuevan la inclusión de mujeres en estos campos. En México, de los 3,6 millones de empleos relacionados con carreras STEM, solo el 12,9% están ocupados por ellas, según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.Entre sus referentes, Gabriela menciona varias veces a la matemática y escritora Ada Lovelace, considerada la primera programadora informática de la historia, o a Grace Hopper, inventora del lenguaje de programación Cobol. “Si ellas hicieron eso, imagina lo que nosotras podemos lograr en el futuro”, dice con entusiasmo. “Las mujeres podemos hacer muchas cosas si queremos, por eso me gustaría ser una inspiración para que las niñas y las mujeres le entren a la tecnología”, afirma.

Gabriela Salas, la científica indígena que llevó el náhuatl a Google: “Es importante que las niñas estudien para ser más libres” | Lideresas de Latinoamérica
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