La abogada Francisca Jünemann, de 50 años, ha dedicado toda su vida profesional a los derechos de las mujeres. La segunda de cuatro hermanas, creció en un hogar ajeno a la discriminación, con los cuidados necesarios y un nivel de exigencia parejo para todas. Cuando ingresó a la Facultad de Derecho y se familiarizó con las normas del Código Civil y del Trabajo, su visión del entorno cambió. “Me di cuenta que vivía en un país sin igualdad ante la ley para las mujeres. Y eso sigue hasta el día de hoy”. Pone como ejemplo la ley que establece que el marido es el “jefe” de la sociedad conyugal y, como tal, “administra los bienes sociales y los de su mujer”. Un 65% de los matrimonios vive bajo este régimen, que es el predeterminado, y un 33% opta por la separación total de bienes. Por otro lado, alerta de la brecha enorme que existe en los derechos entre padres y madres en materia laboral.Jünemann comenzó trabajando en el derecho de familia, que era donde más brechas legales identificaba, pero luego transitó al de los derechos laborales. “Finalmente, la autonomía económica y la igualdad de oportunidades y de derechos laborales es lo que te abre la puerta a la plena libertad y dignidad de la mujer”, sostiene. El caso más emblemático del problema que existe en el Código del Trabajo es el artículo referente a la sala cuna. En Chile, una empresa debe contar con ese beneficio siempre y cuando tenga al menos 20 mujeres empleadas, lo que en la práctica desincentiva la contratación femenina. “Los costos asociados a la contratación de mujeres tienen que ver con que el rol de cuidado está legalmente enquistado en la mujer, no sólo culturalmente. Más encima, es excluyente con la corresponsabilidad”, añade.Desde hace 10 años, Jünemann es presidenta de la Fundación Chile Mujeres, que trabaja por la igualdad de derechos y oportunidades laborales de las mujeres. Por ejemplo, si abordan la violencia, se enfocan en acoso laboral, sexual y violencia en los lugares de trabajo. Los dos pilares sobre los que se levanta la fundación son las leyes y la evidencia estadística, para darle un baño de realidad a las reformas. “No solamente tienes que medir la brecha por género, sino entre las mismas mujeres. Las mujeres de mayores ingresos en nuestro país están como los países desarrollados. Y las de menores apenas tienen oportunidades de trabajo formal, justamente porque no hay todavía un buen sistema de apoyo y cuidado”, señala la abogada, que alerta que hoy solo el 15% de las mujeres cuenta con derecho a sala cuna, todo el resto no trabaja en empresas con más de 20 mujeres contratadas.Sobre el proyecto de ley Sala Cuna Universal, Jünemann asegura que tiene aspectos positivos, como que otorga el derecho a las madres y a los padres y que desvincula el costo de contratación de las mujeres porque se financia a través de una cotización adicional por todas las personas que la empresa tiene contratadas. El problema está, repara, en que el monto que establece la normativa es muy bajo, de un 0,2% sobre el salario, con un máximo imponible. “En promedio, las mujeres ganan 700.000 pesos chilenos (unos 750 dólares) y los hombres 900.000 pesos (unos 970 dólares) en trabajos formales. Lo recaudado se va a un fondo para pagar la sala cuna, que es de aproximadamente 270.000 pesos. En Chile no hay salas cunas que cuesten eso”, remarca. Por eso, desde su fundación han defendido insistentemente que el monto que se fije será determinante para que este derecho realmente se pueda ejercer en la práctica.Como las cifras no cuadran, la abogada ve evidente que tiene que haber un apoyo financiero por parte del Estado a través de impuestos generales porque “el que tú apoyes la maternidad y la paternidad es un tema de sostenibilidad de país y con una la ley como la de la sala cuna, que respalda la formalidad laboral y la contratación, haces que el país crezca. Entonces esto se paga solo. La mejor inversión que puedes hacer como país es aprobar un buen proyecto de ley de sala cuna”. Jünemann plantea que la ley de Sala Cuna Universal es necesaria para el empleo formal de la mujer, pero también para apoyar la natalidad, que en Chile está a la cola de América Latina, con 135.339 nacimientos en 2024. La abogada afirma que el 20% de las mujeres decide no tener hijos porque ve incompatible la maternidad con desarrollarse profesionalmente. Por lo tanto, destaca, existe una responsabilidad en las políticas públicas para frenar el descenso, pero también empresarial, por las condiciones laborales que generan.

Francisca Jünemann, luchadora por la igualdad laboral: “La mejor inversión que puede hacer un país es aprobar una buena ley de guarderías” | Lideresas de Latinoamérica
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