En su particular cruzada contra el fentanilo, el último capítulo de la longeva guerra contra las drogas estadounidense, Donald Trump apunta ahora contra La Familia Michoacana. Washington ha puesto en la mira a la organización criminal mexicana, con base principalmente en Guerrero y Michoacán, por traficar “fentanilo, metanfetamina, heroína y cocaína” a Estados Unidos; blanquear las ganancias en el sistema financiero del país; “envenenar” a su población y “participar en actos de terror y violencia en México”. Este martes, el Departamento del Tesoro ha anunciado sanciones económicas contra sus dos líderes, los hermanos Johnny El Pez y Jose Alfredo El Fresa Hurtado Olascoaga —además de otros dos de sus hermanos de menor rango en el cartel, Adita y Ubaldo. Además, el Departamento de Estado ha ofrecido una recompensa de ocho millones de dólares por ellos y un tribunal federal los ha imputado por narcotráfico.Estados Unidos le ha declarado la guerra a los hermanos Hurtado Olascoaga desde distintos frentes. El anuncio de sanciones ha ido de la mano con la imputación contra El Pez y El Fresa por parte de un gran jurado federal del Distrito Norte de Georgia, que los acusa de cargos de “conspiración para fabricar y distribuir sustancias controladas (en particular heroína, metanfetamina, cocaína, y fentanilo) sabiendo que serían importadas a Estados Unidos; conspiración para la importación; y conspiración para la distribución de drogas”. Paralelamente, el Departamento de Estado ha puesto este mismo martes precio a sus cabezas: cinco millones de dólares por Johnny y otros tres millones por José Alfredo. Las sanciones estadounidenses constituyen un golpe tanto simbólico como monetario. Las medidas no solo remarcan el perfil de La Familia como narcotraficantes con alcance internacional, también permiten que Washington confisque “todos los bienes y participaciones en bienes”, cualquier posesión o cuenta bancaria que los cuatro capos tengan registrada en Estados Unidos. “La Administración Trump continuará utilizando todas las herramientas disponibles para atacar a los carteles y otras organizaciones violentas que intentan explotar a nuestras comunidades y dañar a los estadounidenses”, ha señalado en el comunicado dirigido a la prensa el secretario del Tesoro, Scott Bessent.El Departamento del Tesoro también identifica a La Familia Michoacana, a la que denomina en su comunicado La Nueva Familia Michoacana, como responsables de tráfico de seres humanos, migrantes irregulares, hacia Estados Unidos, y los acusa de utilizar violencia “contra sus rivales y las fuerzas de seguridad mexicanas” o el uso de “drones y bombas además de armas de fuego convencionales” con “total desprecio por la población civil de México. También aterrorizan a las comunidades locales mediante secuestros, asesinatos y extorsiones”, señala el comunicado.Scott Bessent, el 14 de abril.Agustin Marcarian (REUTERS)Como parte de su ofensiva contra los carteles mexicanos, a los que Trump considera principales culpables de la crisis de salud pública que el consumo de fentanilo masivo ha causado en Estados Unidos, este febrero Washington designó a seis organizaciones criminales mexicanas como grupos terroristas. Entre ellas, se encontraba La Familia Michoacana. “México está gobernado en buena medida por los carteles”, pontificó el presidente. Un día después, Canadá siguió los pasos marcados por la Casa Blanca. La nueva batería de medidas estadounidenses contra La Familia Michoacana representa una nueva escalada en la ofensiva iniciada en febrero, coordinada entre la DEA (la Administración para el Control de las Drogas, por sus siglas en inglés) y los departamentos del Tesoro, de Estado, de Justicia y de Seguridad Nacional, con la ayuda también al sur de la frontera de la Unidad de Inteligencia Financiera, prueba de la nueva etapa de colaboración entre ambos países de la que presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, hace gala.La persecución estadounidense de La Familia Michoacana no es nueva. En noviembre de 2022, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) ya los acusó de narcotráfico. En aquel momento, la OFAC ya apuntó contra los hermanos Hurtado Olascoaga. El nuevo anuncio del Departamento del Tesoro pone en la mira también a sus otros dos hermanos. A Ubaldo lo sitúa como “un alto dirigente” de la organización “implicado en la extorsión y el tráfico de estupefacientes”, encargado de supervisar a los sicarios y de haber extraído “ilegalmente mercurio y uranio para la organización”.A Adita, como operaria financiera responsable de blanquear las ganancias del cartel a través de “tiendas de ropa usada a lo largo del Valle del Río Grande”, en Texas: Este esquema de lavado de dinero basado en el comercio incluye la compra de ropa usada en los Estados Unidos y su envío a México, donde se vende”. Además, Adita ha pasado armas estadounidenses de contrabando hacia México, según la OFAC.Las medidas de Trump no se dirigen solo a la Familia Michoacana. Su Administración considera al Cartel de Sinaloa y al Cartel Jalisco Nueva Generación, las dos organizaciones criminales más poderosas de México, como los principales culpables del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. A finales de marzo, la Comunidad de Inteligencia presentó en Washington un informe en el que exponía también el auge de los “productores independientes” del potente opioide. Obsesionado con la culpa mexicana tras el masivo consumo en su país, Trump ha impuesto un alto precio a pagar para mantener las relaciones bilaterales. Desde la investidura del magnate en enero, Sheinbaum ha entregado a 29 capos del narcotráfico, ha desplegado más de 10.000 militares para blindar la frontera compartida, decomisado fentanilo en números históricos y permitido la presencia estadounidense en su espacio aéreo.

Estados Unidos apunta contra La Familia Michoacana en su cruzada contra el fentanilo
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