¿Cuántas veces se puede despedir y readmitir a una persona en menos de tres meses? Es lo que se deben estar preguntando los seguidores de The Who, que han visto cómo su batería Zak Starkey (59 años), hijo además del legendario batería de The Beatles, Ringo Starr (84 años), ha entrado en un bucle de despedidas y nuevas bienvenidas por parte del grupo británico. Todo comenzó el pasado 27 de marzo, cuando The Who ofreció un concierto en el Royal Albert Hall de Londres. El cantante, Roger Daltrey (81 años), no quedó satisfecho con el resultado. “Para cantar esa canción necesito oír la tonalidad y no puedo. Solo tengo la batería haciendo ¡bum, bum, bum!”, se le oía quejarse en un vídeo del evento. Daltrey criticó que el batería era “excesivo” y que “sobreactúa” en los directos de la banda, según publicó entonces The Independent. Debía ser verdad, porque dos semanas después de ese concierto se hizo público que habían echado a Starkey de la banda, tras casi 30 años tocando con ellos. “Lo siento, Rog, me salté algunos ritmos”, escribió el batería el 17 de abril en redes sociales después de que el guitarrista, Pete Townshend, le animara a disculparse una vez ya estaba despedido. Dos días más tarde lo volvieron a readmitir.El tira y afloja de Starkey con The Who, en especial con Daltrey —junto a Townshend, los dos únicos miembros fundadores de la banda que siguen en ella—, no ha cesado desde entonces. El guitarrista, que parece haber tomado el papel del amigo neutro que tiende puentes entre bandos enfrentados, también apoyó públicamente a sus dos compañeros. “Roger no hizo nada malo, salvo manipular sus monitores intrauditivos. Zak cometió algunos errores y se ha disculpado”, defendió para justificar los errores en el concierto. Sin embargo, solo un mes después de su readmisión, Starkey fue despedido de nuevo y Townshend declaró que había llegado “la hora de un cambio”.Más informaciónEl batería en paro ha dado una entrevista con Rolling Stone esta semana para aclarar lo sucedido, o por lo menos dar su versión. “Hablé con Roger la semana pasada. Me dijo: ‘No saques la batería del almacén, puede que te llamemos’. ¡Qué demonios! ¡Estos tipos están locos! Me han despedido más veces que a Keith Moon [exbatería de The Who, fallecido en 1978] en 10 días”, bromea ahora sobre la banda, que inicia una gira mundial el próximo 20 de julio sin, en principio, contar con él.Por si la polémica no fuera ya suficiente, el hijo de Ringo Starr ha decidido meter también a su padre en el conflicto, asegurando que, tras el segundo despido, no dudó en salir en su defensa. “¿Qué te dijo?”, le pregunta el entrevistador. “Dijo: ‘Nunca me ha gustado cómo ese hombrecillo [en referencia a Daltrey] dirige la banda”, confiesa Starkey. “Estoy muy orgulloso de que me haya defendido”, añade.Zak Starkey y su padre, Ringo Starr, en 1992.ZUMA Press, Inc. / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)A pesar de pedir disculpas públicamente por su actuación, tras ver las imágenes del Royal Albert Hall, Starkey no reconoce ahora ningún error. Al menos por su parte. “Daltrey llegó cuatro compases antes. Simplemente se perdió. Le echó la culpa a que la batería estaba demasiado alta y luego se convirtió en un tema muy popular en redes sociales”, defiende él. A sus 81 años, el cantante ya se ha referido en el pasado a su pérdida de audición. De hecho, en un concierto a principios de este año habló irónicamente ante el público sobre “las alegrías de envejecer”. “No solo me estoy quedando sordo, sino que también me estoy quedando ciego”, comentó.Preguntado sobre si creía que su despido se debía a razones económicas, Starkey aprovecha para resaltar la tacañería de Daltrey. “Una vez le pregunté a John Entwistle [el bajista de The Who, fallecido en 2002 a los 57 años] si Roger aún tenía el dinero de la última gira de The Who. Me respondió: ‘Todavía tiene el dinero de la primera”, cuenta. De momento, parece que el batería que lo reemplazará en la próxima gira es Scott Devours, que ya ha trabajado con Daltrey en el pasado. Aun así, por si acaso, Starkey confirma que por supuesto que volvería a la banda si se lo piden: “¡Claro que sí! Le dije a Pete: ‘30 años. En esos 30 años has puesto el listón altísimo. ¿Qué coño hago ahora?”.

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