El Tribunal Supremo de Estados Unidos respaldó este viernes que los Estados puedan imponer requisitos de verificación de edad para acceder a los sitios webs con contenidos pornográficos. En la última jornada del curso judicial, llena de fallos trascendentales, los jueces han rechazado la apelación contra la sentencia que validaba una ley de Texas que impone esa comprobación. El recurso había sido presentado la patronal de las empresas pornográficas y otras asociaciones, que consideraban que esos requisitos suponían un ataque a la libertad de expresión.La votación fue, de nuevo, de los seis jueces conservadores contra las tres progresistas. La opinión mayoritaria lleva la firma de Clarence Thomas, tal vez el magistrado más a la derecha de los nueve que forman el Supremo. La vista oral del caso se celebró en enero pasado y fue una de las más seguidas de un curso judicial que terminó este viernes por todo lo alto: con la publicación de seis de los fallos más esperados de la temporada. El debate se centró en una sentencia del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos, con sede en Nueva Orleans y jurisdicción sobre tres Estados, dos del Sur profundo, Luisiana y Mississippi, y Texas. Aquella sentencia respaldó la aplicación de la ley. La cuestión jurídica presentada ante el Supremo era si la norma tejana debía someterse por los jueces al principio de “escrutinio estricto”, por afectar a la difusión de contenidos protegidos por la libertad de expresión, o si bastaba una “revisión de base racional”, un examen más laxo que fue el que aplicó el tribunal.“No todos los tipos de expresión están protegidos por la ley”, escribe Thomas en la opinión mayoritaria. “Desde 1791, ciertas categorías históricas y tradicionales de expresión, como la obscenidad, la difamación, el fraude, la incitación al delito y otras expresiones criminales se han entendido como excluidas del ámbito de aplicación de la Primera Enmienda. (…) La historia, la tradición y los precedentes reconocen que los Estados tienen dos poderes distintos para abordar la obscenidad: pueden prohibir el discurso directamente obsceno para el público en general y pueden impedir que los niños accedan a esos contenidos obscenos”. Leyes anuladasCon el principio del escrutinio estricto, muchas leyes quedan anuladas, pero los magistrados dejaron entrever su impresión de que en este caso el requisito de verificación de edad podría resistir incluso ese grado de exigencia. Finalmente, ni siquiera han visto necesario un nuevo examen y han avalado directamente el poder de los Estados para exigir la verificación de edad.La ley entró en vigor en septiembre de 2023. Pornhub y otras organizaciones demandaron a Texas, obteniendo inicialmente una orden judicial de un magistrado de Austin que paralizó su aplicación ese mismo mes. Sin embargo, el fiscal general de este Estado, Ken Paxton, recurrió ante el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos. Primero obtuvo una suspensión de la decisión judicial en noviembre de ese año, lo que le permitió hacer cumplir la norma. En marzo del año pasado, en una sentencia de 78 páginas, ese mismo tribunal anuló parcialmente la orden judicial original, dictaminando que los criterios de comprobación de la edad son constitucionales.Para evitar las multas, los principales sitios web de pornografía estadounidenses, incluidos Pornhub, PornTube y YouPorn, han preferido bloquear a los usuarios de los Estados donde esas leyes están en vigor, en lugar de invertir en sistemas o servicios de comprobación de la edad. Muy pocos han implantado el sistema de verificación requerido. Más de 20 Estados entorpecen actualmente el acceso a los contenidos pornográficos en sus territorios. Las fronteras entre la libertad de expresión, la pornografía y la obscenidad tienen una larga tradición en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Ante las dificultades para trazar los límites entre los contenidos sexuales y la pornografía dura, el juez Potter Stewart dejó en 1964 un criterio para la posteridad: “La reconozco cuando la veo”, escribió en una sentencia, descartando que la película Los Amantes, de Louis Malle, debiese ser censurada. Los últimos precedentes, de 1997 y 2002, respaldaban la idea de que no podía imponerse una carga excesiva a los adultos para acceder a contenidos protegidos por la libertad de expresión, ni siquiera con el objetivo de mantener a salvo de esos contenidos a los menores.

Shares: