La sentencia del Tribunal Supremo del Reino Unido que limita la definición legal de mujer al sexo biológico, y excluye de ese modo a las personas trans de esa categoría, ha sido celebrada por muchos sectores de la sociedad británica como “una victoria del sentido común” y como una aclaración necesaria y largo tiempo esperada. Para muchos otros, sin embargo, la resolución de los magistrados, adoptada por unanimidad, genera nuevas dudas, temores e incertidumbres para los que todavía no hay respuesta.La Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC, en sus siglas en inglés), el organismo independiente que vigila el cumplimento de las leyes de igualdad y no discriminación en todo el Reino Unido, ha anunciado que pretende tener listas para este mismo verano unas normas de conducta actualizadas, y acordes al sentido de la sentencia del Supremo, para todos los organismos públicos del Reino Unido.¿Pueden las mujeres trans seguir usando baños o vestuarios solo de mujeres? ¿Deben ir al de hombres? ¿Cómo se preserva la dignidad de estas personas? Y las mismas preguntas y dudas sirven para los hombres trans, que se verían forzados a usar las instalaciones de mujeres.“Vamos a tener un nuevo código reglamentario de prácticas, y eso supone que pasará a ser la ley vigente. Ayudará a la futura interpretación de los jueces. Confiamos en que esté listo para el verano”, ha asegurado a la BBC Kishwer Falkner, la presidenta de la EHRC.Falkner, que lleva al frente del organismo cinco años, ha expresado durante este tiempo una posición cercana a la de los grupos feministas que reclamaban la exclusión de las mujeres trans de la categoría biológica de mujer. Y ha reclamado insistentemente al Gobierno y a los organismos públicos que establecieran normas claras. Ha recibido mucho apoyo, pero también su parte de críticas y de mensajes de odio, a través de las redes sociales, que este debate lleva años generando.“Es una victoria del sentido común”, ha dicho Falkner en referencia a la sentencia del Supremo. “Pero solo si reconoces también que las personas trans existen y tienen derechos. Y esos derechos deben ser respetados. Solo así se convierte en una victoria del sentido común, y no en una victoria que sirva para aumentar el número de acciones desagradables que se cometen contra las personas trans. No toleraremos eso, porque nos mantenemos firmes en su defensa”, ha querido enfatizar la presidenta de la EHRC.Pabellones médicos para mujeresPero al mismo tiempo, Falkner ha dejado claro que la comisión piensa exigir de inmediato al Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) que cambie sus reglas internas respecto al trato a las personas trans. Hasta el momento, siguen vigentes las recomendaciones del NHS que permiten el ingreso de las mujeres trans en determinados pabellones o alas destinados a mujeres. La red sanitaria indica en su normativa interna que las personas trans deben ser acomodadas de acuerdo con el modo en que visten, sus nombres o los pronombres que utilizan para identificarse. En inglés, muchas personas reclaman que se usen los pronombres They/them/thier (ellos) en vez de los pronombres masculinos he or her para dirigirse a ellos. Es una alternativa similar al elle que reclaman en español.Algunos problemas, como el uso de baños o vestuarios, pueden intentar ser solucionados con la existencia de un tercer espacio de género neutro, ha dicho Falkner, que ha sugerido a las organizaciones trans que presionen para que sean incorporados. Pero otros presentan mayores complicaciones, como las residencias para mujeres que han sufrido abuso doméstico (el término con que aún se denomina en el Reino Unido gran parte de la violencia de género) o las prisiones.Competiciones deportivasLa sentencia del Supremo del Reino Unido también hace referencia a uno de los terrenos más controvertidos en torno al debate trans: las competiciones deportivas. Extiende su exclusión de mujeres trans a “actividades definidas por el género”, en las que “la fuerza física, la resistencia o la estructura física media de las personas de un determinado sexo las colocaría en una situación de desventaja respecto a personas de otro sexo”.Pero el tribunal recurre a un ejemplo que se ajusta como un guante a su definición, el boxeo, donde ha habido casos recientes de protestas por la intervención de una mujer trans.Federaciones británicas como la de ciclismo o atletismo ya han decidido por sí mismas la exclusión de mujeres trans de la competición.El Gobierno laborista del primer ministro Keir Starmer ha intentado responder a la sentencia del Supremo del modo más pragmático posible, para evitar “las llamadas guerras culturales” derivadas de un debate tan espinoso. “Vamos a estudiar la sentencia, para asegurarnos de que la cumplimos completamente”, ha dicho la secretaria de Estado de Salud, Karin Smyth. “Creo que ha llegado el momento de mirar hacia el futuro, de que estén claros los derechos de todas las personas, y de que los organismos que ofrecen servicios públicos se aseguren de que cumplen con la ley”, ha añadido.

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