El príncipe Enrique de Inglaterra (Londres, 40 años) fundó la organización Sentebale ―que significa “no me olvides”― en 2006, en honor a su madre, Diana de Gales, para combatir el VIH y SIDA en Sudáfrica. Ahora, 19 años después, ha dimitido de sus funciones en la ONG, que él mismo creó, por una serie de disputas entre quienes la conforman (o conformaban). “Es devastador que la relación entre los administradores de la organización benéfica y la presidenta de la junta directiva se haya roto irreparablemente, creando una situación insostenible”, han avisado este martes 26 de marzo en una declaración conjunta el duque de Sussex y el príncipe Seeiso de Lesoto, también cofundador de Sentebale.“Lo que ha ocurrido es impensable. Nos sorprende tener que hacer esto”, aseguran los príncipes sobre su dimisión. La disputa tiene su origen en Sophie Chandauka, una abogada nacida en Zimbabue que fue nombrada presidenta del consejo de administración el año pasado. Los administradores de la organización hicieron constar que estaban profundamente descontentos con la decisión y querían que renunciara, lo que llevó a Chandauka a presentar una demanda. Al parecer, la polémica surgió a raíz de la decisión de trasladar de Londres a África sus actividades de recaudación de fondos, lo que llevó a varias figuras clave a abandonar la organización en oposición a esta idea. Sin embargo, la propia abogada ha alegado en unas declaraciones a Daily Mail que “había un encubrimiento” en la organización benéfica, criticando “la débil gestión ejecutiva, el abuso de poder, la intimidación, el acoso, la misoginia y la misogynoir [discriminación contra las mujeres negras]”. Chandauka, que se ha negado a dimitir, ha criticado también a “las personas en este mundo que se comportan como si estuvieran por encima de la ley y maltratan a la gente”.Más informaciónEn el otro lado de la historia, en apoyo de los administradores salientes, la declaración de los príncipes afirma que estos “actuaron en el mejor interés de la organización benéfica al solicitar la dimisión de la presidenta, teniendo en cuenta el bienestar del personal”. Y acusan a Chandauka de demandar a la organización “para permanecer en este puesto voluntario, lo que acentuó aún más la ruptura de la relación”. Ella no ha tardado en defenderse: “Para mí, este no es un proyecto vanidoso al que pueda renunciar cuando me llamen a rendir cuentas. Soy una africana que ha tenido el privilegio de tener una educación y una carrera de primer nivel. No me dejaré intimidar. Debo defender algo. Defiendo a aquellas otras mujeres que no tienen los medios ni los recursos necesarios”.Sophie Chandauka, a la izquierda, junto al príncipe Enrique en un evento en Johannesburgo, Sudáfrica, el 3 de octubre de 2024.Brian Otieno (Sentebale/Getty Images)Los ya ex administradores Timothy Boucher, Mark Dyer, Audrey Kgosidintsi, Dr. Kelello Lerotholi y Damian West describieron anoche su decisión en otro comunicado conjunto como “nada menos que devastadora” para todos ellos. Dijeron que habían perdido la confianza en la presidenta, pero que su acción legal significaba que no tenían otra opción que renunciar en el “mejor interés de la organización benéfica”, ya que no podía asumir la “carga legal y financiera”. Chandauka mantiene que su trabajo en Sentebale había estado “guiado por los principios de justicia y trato equitativo para todos” y que estaba buscando incorporar más expertos “con las capacidades y redes para acelerar la agenda de transformación” de la organización.Sentebale anunció en abril de 2024 nuevos planes para pasar de ser una organización de desarrollo que aborda el impacto del VIH y el SIDA en los niños y jóvenes de Lesoto y Botswana a “una que aborde cuestiones de salud juvenil, riqueza y resiliencia climática en el sur de África”. “La recalibración de la junta directiva es, por tanto, parte de la ambiciosa agenda de transformación de Sentebale”, se ha justificado ahora la organización benéfica. Aun así, la Comisión de Beneficencia afirmó estar “al tanto de las preocupaciones” sobre su gobernanza y confirmó que “están evaluando los problemas para determinar las medidas regulatorias apropiadas”.

El príncipe Enrique abandona “devastado” su propia organización benéfica: “Lo que ha ocurrido es impensable” | Gente
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