Además de la grave situación en el Catatumbo por los enfrentamientos entre el Eln y las disidencias, que siguen generando réplicas en materia humanitaria en la región, donde más de 4.000 personas continúan en albergues y se reportan 53.000 desplazados, la Defensoría alertó sobre otros 11 puntos críticos. Chocó, donde desde hace una semana se disputan el territorio el Eln y el ‘Clan del Golfo’, ranquea la lista. EL TIEMPO habló con la defensora Iris Marín sobre esta guerra abierta que, según la cabeza del Ministerio Público, se libra por el reacomodo de las estructuras armadas y la desatención del Gobierno a las alertas tempranas que prevén estas oleadas violentas.La Defensoría publicó un informe sobre una crítica situación de orden público en más de una decena de regiones del país, ¿cuál es ese panorama sobre el que está alertando?Tenemos un informe de once focos de emergencias humanitarias en todo el país, además del Catatumbo. Pero también aquí el llamado es ver que no es la única región que está afectada en este momento. Estos once focos de violencia obedecen a diferentes circunstancias, principalmente al reacomodo permanente de los grupos armados, su fraccionamiento y su expansión. La dinámica de expansión de grupos armados es algo que estamos viendo de manera sostenida en los últimos cinco años en el país. El grupo que más ha expandido es el ‘Clan del Golfo’, pero todos los grupos: Eln, las disidencias de las Farc, han ganado terreno. Tenemos además la criminalidad organizada y diez grupos que están causando por sus disputas territoriales emergencias en once partes del país.La cifra de desplazados en los últimos 30 días, supera todos los casos de 2024 a nivel nacional. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPOUno de los puntos críticos que ranquea esta lista es Chocó, especialmente la región del Medio y Bajo San Juan. ¿Qué desató esa escalada de los enfrentamientos entre el Eln y el ‘Clan del Golfo’ que tiene confinadas y desplazadas a miles personas?Sí. Ahí lo que está ocurriendo es que tenemos un escenario en que el Clan del Golfo está expandiéndose en el Chocó y disputando el territorio con el Eln. Un asunto nuevo que hemos reportado este año, del cual no teníamos antecedentes, es que las disidencias de ‘Mordisco’ por primera vez están haciendo presencia en el Chocó, aparentemente en alianza con el ‘Clan del Golfo’ para enfrentar al Eln. Esto ha generado unos dramas humanitarios enormes: confinamientos, desplazamiento forzado y la reacción del Eln, que es el anuncio de un nuevo paro armado que ya en los últimos meses hemos visto que es una práctica relativamente común de esta guerrilla.¿Por qué el Estado colombiano, un mes después, sigue sin recuperar el control sobre el Catatumbo?No es fácil. Nosotros tenemos información de retornos de algunos grupos, pero son inestables en materia de seguridad, porque el Eln sigue teniendo el dominio territorial. El desplazamiento se ha estabilizado, pero tampoco vemos que haya condiciones de regreso. La entrada de la fuerza pública ha sido gradual, pero no es fácil retomar el control después de una expansión tan fuerte del Eln.¿Qué es lo que hace falta para que en el Catatumbo la historia empiece a cambiar?Aquí tenemos dos responsables, el Eln, al que se le han dado todas las oportunidades de paz posibles, pero no ha demostrado voluntad. Y por otra parte la acción del Estado. Es importante tener en cuenta que hay medidas en las que el Gobierno se retrasó. Los alcaldes, los personeros, no pueden realizar bien su trabajo y la presencia y la autonomía de las autoridades civiles es fundamental. Para eso es importante el despliegue de la capacidad del Estado de Derecho, no solo de la Fuerza Pública, y de las autoridades judiciales a través de la investigación y la sanción de los responsables.Aparte de la situación en Chocó, de la que estamos viendo en el Catatumbo, ¿qué otras regiones les preocupan?Es difícil y largo el recorrido. En Nariño, tenemos disputas entre las disidencias de Mordisco y el Frente Comuneros del Sur, que es un fraccionamiento del Eln. En Cauca tenemos tres grupos: las disidencias de Mordisco, el Eln y el Frente 57, que es una disidencia de las disidencias de Mordisco.En el Pacífico Vallecaucano tenemos el Eln, el Clan del Golfo y también una disidencia de las Farc, además del conflicto urbano entre los Shottas y los Espartanos. En el Norte y Nordeste Antioqueño tenemos el Clan del Golfo y las disidencias de Calarcá. En Bajo Cauca, el accionar del Clan del Golfo y las disidencias de Calarcá también. En la Sierra Nevada, tenemos el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra, otro grupo que también está en crecimiento.Catatumbo, en Norte de Santander. Foto:Andrés CarvajalEn la Serranía del Perijá están el Eln y las disidencias de Calarcá. En Magdalena Medio tenemos el Eln y las disidencias de Mordisco. En Meta y Guaviare, hay una gran ruptura que está afectando todo el sur del país, entre las disidencias de Mordisco y Calarcá, que el año pasado formaban parte del mismo grupo. En Putumayo tenemos a los Comandos de la Frontera, las disidencias de Calarcá y las disidencias de Córdoba.Yo quisiera hacer ahí un paréntesis, porque este domingo hay elecciones atípicas de gobernador en Putumayo y esta situación está afectando el asunto. La reciente captura efectiva de alias Araña, de Comandos de Frontera también puede generar unas situaciones importantes que estamos monitoreando.En Tolima, tenemos a ‘Mordisco’ y el ‘Frente 57’. En el sur de Córdoba hay combates legítimos de la fuerza pública con el ‘Clan del Golfo’, pero también están generando una emergencia humanitaria. Entonces, ahí tenemos diferentes situaciones. En todas estas, hay desplazamiento forzado y confinamiento. No son las únicas regiones donde hay situaciones de orden público delicadas; en el país, reportamos presencia de grupos armados en 807 municipios, lo que representa el 73% del país.¿Qué proyecciones hacen al nivel humanitario del paro armado en Chocó que empezaría en la noche de hoy y se mantendría durante tres días?Según cifras del Comité Territorial de Justicia Transicional, hay 1.600 personas que ya han sido afectadas por desplazamientos y confinamientos. Sin embargo, la gobernadora ha alertado que estas cifras pueden ser mayores, y tiene perfectamente la razón. El paro armado tiene una capacidad de generar un confinamiento muy fuerte. Esta acción la lleva a cabo la guerrilla para controlar el progresivo despliegue territorial del ‘Clan del Golfo’, aliado ahora con ‘Mordisco’. La proyección humanitaria es muy delicada. Es importante que se permita el acceso humanitario, pero generalmente esto no es posible en estas condiciones, y habrá gente que sufrirá por temor y por falta de acceso a bienes básicos.¿Cree que debe haber ajustes en las mesas de diálogo para garantizar la seguridad de la población civil?Hay un tema, y es que el gobierno tiene procesos bilaterales con los distintos grupos. Sin embargo, la guerra no es solo entre el Estado y los grupos. Lo que estamos viendo es que es multilateral en el territorio y entre las distintas estructuras. Aquí es importante una estrategia que tenga en cuenta no solo el cese de la violencia bilateral entre el Estado y los grupos armados, sino también establecer compromisos humanitarios y poner reglas en las disputas entre los distintos grupos.¿Cómo lograr una mejor respuesta a las alertas tempranas que emite la defensoría?Se trata de reforzar la voluntad política. Desde el principio, desde que llegué a la Defensoría del Pueblo, he trabajado de manera articulada con el Ministerio del Interior en el tema de las alertas tempranas. Las discutimos, las trabajamos y visitamos dos regiones: Chocó y Cauca. Pero la verdad es que, en muchos casos, la respuesta ha sido meramente formal. Hace falta una articulación activa y proactiva.Más de 50 mujeres permanecen retenidas en territorios dominados por los actores armados. Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoaA veces minimizan las alertas o las desconocen. Yo creo que tenemos que darle la vuelta a esta situación y, además, tener en cuenta que el sistema de alertas es una función que desempeña la Defensoría para hacer seguimiento a la situación de derechos humanos, pero no debe ser la única fuente de información con la que cuenta el Estado.Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia

defensora del Pueblo sobre crisis humanitarias
Shares: