Más de mil millones de jóvenes pueden estar en riesgo de sordera por usar cascos a todo volumen o ir a lugares de ocio con música alta, según una revisión científica publicada en la revista British Medical Journal Global Health. En muchos conciertos, como los que se disfrutan en los festivales de verano, el volumen supera los 100 decibelios, una intensidad que, si se mantiene en el tiempo, puede causar daño auditivo irreversible. Los expertos consultados por EL PAÍS insisten en la importancia de la prevención: desde usar tapones hasta descargar una app para medir el nivel de ruido, situarse lejos de los altavoces y hacer pausas auditivas en lugares tranquilos.El riesgo real de daño en los oídos por exposición al sonido depende tanto de la intensidad como del tiempo de exposición al ruido, según Rubén Polo, presidente de la comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). El experto explica que, de manera general, la exposición prolongada —ocho horas o más— a ruidos por encima de 85 decibelios puede producir daño auditivo. Más informaciónPara ponerlo en perspectiva, Manuel Mozota Núñez, responsable del Grupo de Otorrinolaringología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), hace esta comparación: “Una conversación normal emite sonidos de unos 60 dB, mientras que un concierto en vivo o la música de una discoteca supera habitualmente los 100 decibelios”. La música alta con auriculares “suele rondar entre 95 y 105 decibelios, una sirena de ambulancia alcanza entre 110 y 120, el motor de un avión entre 130 y 140 y un disparo o petardo puede sobrepasar los 150 decibelios”. Cuanto mayor es el nivel de ruido, menor es el tiempo necesario de exposición para que se produzca el daño. Entre los 85 y 100 decibelios, “el riesgo es alto si la exposición dura más de una o dos horas”. “Entre los 100-110 decibelios, es suficiente con unos minutos de exposición y por encima de 120 decibelios el daño puede ser inmediato”, señala. Desde la Sociedad Española de Acústica se advierte que basta con menos de un minuto expuesto a niveles muy altos para que pueda producirse un “daño inmediato y permanente”.Los conciertos y otros ambientes ruidosos —como discotecas, obras o estadios deportivos— superan con frecuencia los niveles seguros de decibelios, según los expertos consultados. Desde los centros auditivos Audioson aconsejan no acudir con demasiada frecuencia a eventos muy ruidosos: “Los oídos son para toda la vida y debemos protegerlos, porque algunos daños son irreparables”.“En los conciertos, el riesgo está en la proximidad a la fuente de sonido y el volumen al que está, así como la reverberación y mala acústica del lugar”, afirma Francesc Carreño, responsable de Audiología y del Área Social de GAES. Polo explica que la exposición prolongada a música alta puede provocar sordera irreversible, acúfenos o tinnitus —la percepción de sonidos en el oído sin una fuente sonora externa—, e hiperacusia —una hipersensibilidad al sonido—. También menciona síntomas no auditivos, como insomnio, irritabilidad o ansiedad. Usar tapones y otros consejos Para proteger los oídos, es importante tomar precauciones. “En un concierto de rock se pueden alcanzar con facilidad los 110 o 120 dB, es decir, no se aconsejaría estar expuesto a ese ruido más de dos o tres minutos sin protección”, asegura Paula Sánchez Fernández, médico especialista en Otorrinolaringología y vicepresidenta de la Asociación Española de Audiología (AEDA). Los expertos consultados coinciden en que lo más efectivo y práctico para proteger los oídos es usar tapones, ya que reducen la intensidad del sonido. Desde Oe+ Centros Auditivos explican que los tapones más recomendables no son los estándar de espuma convencionales que muchas personas usan para poder dormir en ambientes ruidosos, “ya que bloquean el sonido de forma desigual, atenuando los agudos y embarrando la calidad musical”. En su lugar, la Sociedad Española de Acústica aconseja optar por tapones certificados con filtro acústico reutilizables; o, si se asiste con frecuencia a conciertos, tapones a medida. “Ambos protegen eficazmente sin sacrificar la experiencia sonora”, señalan. Los tapones de alta fidelidad (Hi-Fi) con filtro acústico están especialmente diseñados para conciertos, ya que reducen el volumen de forma uniforme entre 15 y 25 dB en todas las frecuencias, según explican desde Oe+ Centros Auditivos. Por otro lado, los tapones a medida están fabricados a partir de un molde del canal auditivo del usuario, por lo que ofrecen un ajuste más cómodo y una protección más precisa. Carreño explica que estos tapones tienen filtros especiales que dejan pasar las voces sin bloquear todo el sonido alrededor. Además de usar tapones, Sánchez recomienda alejarse lo máximo posible de los altavoces: “Cuanto más lejos y lateralmente nos situemos de ellos, mejor”. Desde Oe+ Centros Auditivos aconsejan “colocarse en el centro de la sala o hacia la parte trasera” y hacer pausas auditivas en zonas tranquilas cada cierto tiempo. “Salir del ambiente ruidoso durante cinco o 10 minutos cada hora permite que las células ciliadas del oído se recuperen parcialmente del estrés acústico”, añaden. Mozota también sugiere descargar en el móvil una aplicación para medir el nivel de ruido y recuerda que si los decibelios superan los 85 durante un periodo prolongado, existe riesgo de daño auditivo. “Si superan los 95 o 100 dB, es una señal inequívoca para ponerte los tapones”, advierten desde Oe+ Centros Auditivos. Algunos relojes inteligentes como el Apple Watch emiten alertas cuando se alcanzan niveles dañinos. Además, Mozota aconseja mantenerse bien hidratado, ya que “el oído interno depende del equilibrio de los fluidos”, y evitar el consumo de alcohol porque “favorece la deshidratación”. Después del concierto, es importante que los oídos descansen. “Hay que intentar pasar al menos 16 horas en un ambiente tranquilo para facilitar la recuperación”, indican desde Oe+ Centros Auditivos. Polo aconseja evitar el uso de auriculares durante al menos 24 horas después del evento. “Si queremos seguir disfrutando de la música a lo largo de nuestras vidas, necesitamos cuidar nuestra audición”, afirma Sánchez. En el día a día, la experta recomienda limitar el volumen de los auriculares al 60% y no usarlos durante más de una hora al día.Zumbidos y taponamiento tras conciertos “Tras un concierto con sonido muy alto es normal experimentar un cierto zumbido o sensación de taponamiento”, explica Mozota, que destaca que algunos daños auditivos pueden ser irreversibles si no se tratan a tiempo. El experto aconseja acudir al médico si los síntomas duran más de 48 horas o si se experimenta pérdida de audición, dolor, mareos, vértigo o alteración del equilibrio.Carreño menciona varios síntomas que pueden indicar que algo no funciona bien en el sistema auditivo: “Si empezamos a notar ruidos internos que nadie más escucha [los llamados acúfenos]si tenemos dificultades para entender conversaciones en grupo o si necesitamos subir cada vez más el volumen de la televisión u otros dispositivos de audio”. El experto aconseja realizar pruebas auditivas periódicas, especialmente a partir de los 50 años, para detectar a tiempo posibles problemas de audición y abordarlos de forma preventiva.

De tapones a ‘apps’ que miden el ruido: cuidar los oídos en los conciertos evita daños irreversibles | Salud y bienestar
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