Muchas aplicaciones de servicios de coches con conductor —como Uber, Bolt o Cabify—, o webs de aerolíneas, o páginas como Amazon o Booking funcionan con lo que se denominan como precios dinámicos, que bajan cuando poca gente los requiere y suben muchísimo con alta demanda —o cuando llueve o hay atasco, en el caso de los coches—. Consumo pone el foco en estas prácticas y anuncia que regulará los algoritmos que usan este tipo de empresas —sin citarlas— para que sean “transparentes y accesibles”, y prohibirá que sean discriminatorios o que puedan aprovecharse de situaciones de emergencia, como ocurrió en la dana de Valencia.En la jornada previa al Día internacional de los derechos de los consumidores (que se celebra el 15 de marzo), este viernes, el ministro Pablo Bustinduy ha anunciado que su departamento regulará los algoritmos que utilizan las empresas para personalizar los precios y la publicidad. Con la futura regulación —cuya forma todavía no se adelanta—, las empresas no podrán variar los precios ni que se personalicen de forma automática durante todo el proceso de compra, con el objetivo de evitar que los clientes sientan la presión de tomar decisiones apresuradas por la incertidumbre de esos cambios.Según ha adelantado el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, cuando la regulación entre en vigor, cualquier empresa que ofrezca, por ejemplo, un servicio de coche con conductor con tarifas dinámicas tendrá que ofrecer una información clara al usuario de cómo se ha establecido el precio que se le muestra. Es decir, el usuario podrá conocer los parámetros con los que se ha fijado la tarifa: si ha sido por la distancia al destino, por la hora del viaje, por la frecuencia con la que realiza ese trayecto, o por la concurrencia de eventos masivos en la ciudad en la que se encuentre.Además, se prohibirá que el precio del viaje se fije por razones discriminatorias, como, por ejemplo, que la persona usuaria tenga una discapacidad, o por su perfil racial. El precio tampoco se podrá vincular a una situación de emergencia o de necesidad para el usuario, como que le quede poca batería en el móvil, por ejemplo.El departamento pretende facilitar información útil a los consumidores para que eviten posibles prácticas discriminatorias o engañosas. También se busca una mayor concienciación sobre el uso de datos personales y un mayor control sobre la privacidad. Así lo ha manifestado Bustinduy en el acto por los derechos de las personas consumidoras y usuarias en el ámbito digital, celebrado este viernes en el ministerio.Aunque el departamento de Pablo Bustinduy no menciona ninguna empresa concreta, muchas aplicaciones de economía colaborativa, como Glovo, aplican estas mismas tarifas dinámicas. Ocurre también con páginas como Amazon o Booking, y también con las webs de las grandes aerolíneas (los billetes suben si varias personas a la vez buscan el mismo vuelo). Airbnb tiene “precios inteligentes”, que se establecen a partir del precio mínimo y máximo que fija el anfitrión; si hay más demanda, recomiendan optar por el precio más alto.La regulación sigue la senda del decreto que se aprobó el pasado noviembre —un mes después de la dana de Valencia—, que prohibió que las tarifas dinámicas derivaran en incrementos de precios cuando se producían picos de demanda en contextos de urgencia, riesgo o necesidad. “Ningún modelo de negocio puede sustentarse sobre la vulneración de derechos”, ha enfatizado el ministro, para quien resulta necesario “democratizar las relaciones económicas, construyendo alternativas, con el objetivo de llegar a tener intercambios justos, transparentes y en igualdad de condiciones”.El ministro también ha puesto el foco en las relaciones de consumo que se establecen en los entornos digitales, insistiendo en que debe garantizarse la transparencia dentro de este ámbito y el derecho de las personas consumidoras a una información clara y veraz.

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