La Organización Meteorológica Mundial (OMM) presenta este miércoles su informe sobre el estado del clima mundial de 2024, donde repasa todos los indicadores de una crisis climática que se siente en todo el planeta. Su secretaria general, Celeste Saulo (Buenos Aires, 60 años), repasa en esta entrevista por videoconferencia los principales resultados de este estudio, en el que se resalta que 2024 fue el año más cálido registrado hasta ahora. Pero, además, el informe repasa los impactos crecientes que el calentamiento global está teniendo en el planeta. En este contexto en el que se multiplican las evidencias, el populismo negacionista avanza en el mundo de la mano de personajes como Donald Trump o Javier Milei.Pregunta. 2024 fue un año de calor récord, y también fue un año récord en cuanto a la concentración en la atmósfera de los gases de efecto invernadero. ¿Es posible desligar ambos asuntos?Respuesta. La ciencia nos ha demostrado claramente que los gases de efecto invernadero son los grandes responsables del calentamiento global que estamos viendo. Y existe una documentación precisa y robusta al respecto: lamentablemente, es la acción humana la que causa este calentamiento.P. Sin embargo, hay voces que todavía desvinculan ambos asuntos.R. Sí, pero como organización de base científica y tecnológica, la OMM se basa en datos, en evidencias científicas y en trabajos publicados en todo el mundo. El IPCC, que es el que hace las evaluaciones, fue muy contundente al respecto. Siempre puede haber voces disidentes, pero son voces aisladas. El consenso científico está claro y nosotros como organización nos colocamos del lado del consenso científico.P. Es decir, no es algo político, sino ciencia lo que se muestra en este informe que presentan.R. Sí, totalmente. La ciencia nos ha provisto de muchos instrumentos para una mejor vida, para entender mejor el planeta donde vivimos. Y en este caso particular, la ciencia nos está advirtiendo sobre lo que está pasando con el clima a partir de estos monitoreos que nosotros coordinamos a nivel global, pero que realizan los países. Esto es algo que hay que destacar: son datos de los países, son datos generados por los propios servicios meteorológicos e hidrológicos de todos los países los que se emplean para hacer esta evaluación.P. ¿El récord de 2024 de calor es una excepción o forma parte de una tendencia?R. Lamentablemente, es una tendencia. Desde los años sesenta a esta parte la tendencia es claramente a generar anomalías de temperatura, que están creciendo. En nuestro informe destacamos que en los últimos diez años todos fueron individualmente máximos relativos de temperatura.P. Pero en el informe también se apuntan algunos factores que han podido influir en lo extraordinario de 2023 y de 2024 además de los gases de efecto invernadero, que son el principal elemento de calentamiento.R. Exactamente, nosotros siempre hablamos de la variabilidad climática porque es una realidad y es algo sobre lo que OMM trabaja mucho también. Uno de los grandes forzadores de la variabilidad climática es el fenómeno de El Niño y, claro, cuando El Niño está activo suelen registrarse temperaturas más altas, principalmente en el hemisferio norte.P. ¿Y este 2025 puede marcar otro récord sin la presencia de El Niño?R. En principio, los expertos señalan que no se debería esperar un récord, pero el sistema está inmerso en una tendencia de calentamiento. En cualquier caso, los récords son como las llamadas de atención, son como las sirenas. La tendencia es la preocupación de fondo, que es importante destacar. Creo que 2024 funciona como una sirena.P. Porque el cambio climático es mucho más que récords de temperaturas medias, ¿no?R. Por supuesto, y lo señalamos en nuestro reporte. Hay muchos indicadores y todos ellos, absolutamente todos los indicadores, son preocupantes. Los que marcan el estado de los océanos, ya sea por la altura del nivel del mar como por el contenido de calor en el mar, o como la acidificación del agua. O el derretimiento de los glaciares, como la superficie de los hielos en el Ártico y en el Antártico. O la cantidad de eventos extremos… Estamos midiendo muchos indicadores y no es un hecho aislado, porque todos apuntan en una misma dirección y responden a un mismo fenómeno físico, que es el del calentamiento, el calentamiento sostenido provocado por los gases de efecto invernadero.P. Se mire donde se mire, el cambio climático muestra su cara.R. Exactamente. También sabemos que hay indicadores que son más preocupantes que otros, como el caso del aumento del nivel del mar para los pequeños estados insulares. O como la acidificación de los océanos cuando hablamos de los ecosistemas. O como las olas de calor cuando hablamos de la salud.P. ¿Estamos en el momento en el que más claras son las señales del cambio climático?R. Totalmente. Es un poco difícil explicarle a cualquier persona qué significa una anomalía de 1,55 grados de temperatura por encima de los niveles preindustriales. La mayoría va a decir: ¿eso qué es? Por eso en nuestro reporte se documentan los eventos extremos. Eso es lo que la gente siente. Eso lo experimentan los países menos desarrollados y los más desarrollados, aunque con consecuencias distintas debido a la capacidad de respuesta y de recuperación. Lo que se busca en el informe es relacionar una variable un poco abstracta con hechos concretos de la realidad que afectaron absolutamente a todo el planeta. No hay un solo lugar del planeta, ningún continente, donde se puede decir aquí no pasó nada. Desde la Antártida hasta América del Norte, hasta en los pequeños estados insulares en el Pacífico… Absolutamente todos fueron impactados por algún evento extremo extraordinario para lo que son sus récords oficiales.P. ¿No le parece difícil de entender que en este contexto se esté dando un avance del populismo negacionista en el mundo?R. Sí, la realidad es que es difícil de entender. Pero no le toca a la OMM meterse en ese terreno. Le toca mostrar las evidencias, y ese es el rol que seguiremos asumiendo y que ha asumido históricamente.P. Recalca que los datos provienen de los países, de los servicios meteorológicos nacionales. ¿Le preocupa que con la vuelta de Trump a la Casa Blanca pueda haber un corte de información desde las agencias federales a la OMM?P. Espero que eso no suceda. La OMM está conmemorando este año los 75 años dentro del sistema de la ONU, pero ya tenemos 152 años como organización. ¿Y cómo algo ha sobrevivido 152 años? Por el entendimiento de los países de la importancia de compartir los datos meteorológicos. Porque el tiempo y el clima no entienden de fronteras geográficas. Los fenómenos asociados a la circulación de aire se mueven. Y hubo un entendimiento muy temprano, 152 años atrás, en que si no se compartía la información era una desventaja para los países. Por ejemplo, yo vengo de Argentina, y un frente frío que empieza afectando a Chile, en algún momento va a afectar a Argentina, y rápidamente a Uruguay, y va a llegar a Brasil. Y si no hay un sistema de intercambio de datos uno se queda muy expuesto y realmente sin las posibilidades de poder prevenir, proteger a la población y tomar las acciones. La idea de intercambiar la información es muy antigua, y sobrevivió a todo tipo de situaciones y crisis globales.P. El presidente Javier Milei, además de mostrarse escéptico respecto al cambio climático, retiró a la delegación de Argentina en la última cumbre del clima. ¿Qué opinión le merece aquel paso?R. Son decisiones soberanas del país que espero que puedan reflexionarse a la luz de lo que ocurre. Por ejemplo, Argentina sufrió hace muy poquito unas inundaciones terribles en la ciudad de Bahía Blanca, fallecieron 16 personas. Está recogido en los estudios de colegas argentinos y del mundo entero que algunos sectores del centro y el este de Argentina son más vulnerables al cambio climático. Y esto se inscribe ahí. Espero que llegue la información a los niveles que tiene que llegar para que el país esté mejor preparado. Los países que mejor se preparen van a ser aquellos que tengan posibilidades de incluso encontrar oportunidades en un clima cambiante. Y negar la posibilidad de prepararse me parece que no ayuda.P. En 2024 se superó por primera vez en un año oficial la barrera de los 1,5 grados de calentamiento respecto al nivel preindustrial. ¿Podemos considerar ya que se ha incumplido el Acuerdo del París?P. No, porque el Acuerdo de París toma como punto de referencia promedios de temperatura de 20 años. Un año no hace al promedio de 20. Pero lo que hace es encender las sirenas en una tendencia que se mueve hacia arriba irreversiblemente.P. ¿Con qué mensajes se debería quedar la sociedad del informe sobre el estado del clima mundial de 2024?R. Creo que tenemos que quedarnos con la idea de que los indicadores son alarmantes, porque todos ellos de manera consistente marcan un agravamiento; ya sea de la emisión de los gases de efecto de invernadero, del derretimiento de los glaciares, del aumento de temperatura, de la cantidad de eventos extremos. Pero, además, todos esos indicadores de la física del clima se traducen en impactos sobre las personas, sobre las sociedades. Esta traducción sobre los impactos tiene que ver con la salud, la seguridad alimentaria, el acceso al agua, todo tipo de problemas relacionados con el desarrollo y el bienestar. Tenemos que hacer esa conexión entre lo que pasa en un sistema físico como es el clima, y lo que nos pasa a nosotros como individuos que vivimos en una sociedad globalizada.

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