Al Bano Carrisi (Cellino San Marco, Italia, 81 años) y Romina Power (Los Ángeles, 73 años), o, simplemente, Al Bano y Romina, están de regreso. Quienes formaron uno de los matrimonios más sólidos y exitosos de Italia vuelven a España, 10 años después de su última actuación conjunta, para regalar a sus seguidores noches en las que recordarán las canciones que les dieron la fama y les convirtieron en una de las parejas artísticas más queridas del mundo. Este miércoles han estado en el Movistar Arena de Madrid para presentar su gran concierto del próximo 24 de mayo. Reciben en una sala reservada, rodeados de su equipo de comunicación. El ambiente es tranquilo, agradable y cercano. Son dos personas que, pese a las tragedias que han atravesado en la vida, siguen manteniendo una buena y estrecha relación, aunque no siempre fue así.En esta serie de conciertos —viajarán también a Barcelona (8 de julio) y A Coruña (18 de julio)— interpretarán canciones en español, en italiano, a dúo, en solitario, otras inéditas y también contarán con su hijo, Yari Carrisi, como invitado especial. “Tengo que repasar las canciones que cantamos, porque ya es mucho tiempo desde que no las cantamos”, afirma Romina, en un casi perfecto español. España es como un hogar para ellos, y así lo demuestran en cada una de sus visitas. “Me gusta todo, desde el norte hasta el sur. Conozco España mejor que un español, porque durante 15 años he trabajado continuamente en esta maravillosa tierra”, explica Al Bano. Ahora regresan juntos y lo hacen a lo grande.Más informaciónEl exmatrimonio, que se divorció legalmente en 2013, se conoció en la década de los sesenta. Él ya era una estrella de la música en Italia que venía de una familia de orígenes humildes y ella era actriz e hija del actor Tyrone Power, por lo que se crio rodeada de focos y atención. Pese a ser de dos mundos opuestos, lo suyo fue amor a primera vista. “Cuando dos jóvenes se conocen, no piensan en la familia. Se quieren y nada más. Es una química que se produce en el momento de acercarse”, reconoce ella. “Yo no sabía quién era su papá o su mamá”, continúa Al Bano, a lo que Romina interrumpe: “Y yo tampoco el suyo”. “La diferencia es que al mío nadie lo conocía. A su papá lo conocían en tres cuartos del mundo”, continúa el italiano. “Pero después, los suyos me hicieron de padres muchos años. Vivimos en la misma casa casi durante 30 años. Tuve una bonita familia”, reconoce ella.Al Bano y Romina Power, en una imagen de 1984. imago stock&people (imago/teutopress / Cordon Press)Lo que comenzó como una relación de amor, acabó convirtiéndose en mucho más. “La escuchaba cuando estaba en la ducha. Me gustaba su voz suave, musical… Le escribí una canción que se llamaba Acqua di mare. Fue un éxito, su primer gran éxito. Era una melodía que nació del corazón”, recuerda Al Bano cinco décadas después. “Le di mucha inspiración. Debería cobrarle”, comenta entre risas ella, tras las palabras del padre de sus cuatro hijos. El día más especial de sus vidas, su boda organizada el 26 de julio de 1970, no fue como ellos esperaban. Lo que pretendía ser una celebración íntima, acabó con miles de personas colapsando Cellino San Marco, el pueblo natal de él, situado en el sur de Italia. “No habíamos invitado a nadie. Los fotógrafos se tiraban los rollos de los carretes de un altar al otro, el cura que sudaba… Era julio en una pequeña iglesia”, apunta Romina. Los invitados de la novia vieron el “show” desde la parte más alta. “Al Bano se puso ahí al micrófono a decir a la gente que se calmara, que se callaran un poco y todos…: ‘¡Canta, canta!”. Tal y como recuerdan, no fueron ellos los que dieron la respuesta al cura en el momento clave de la ceremonia, fue el público allí presente quien al unísono gritó: “¡Sí!”.¿Cómo se gestiona toda esta presión mediática y del público? “Te quieren y tú no puedes decir ‘no’ cuando te quieren. Fue amor a primera vista y continúa siendo así”, asegura el intérprete. Pero para encontrar la tranquilidad definitiva y gozar de momentos de descanso, se marcharon de Roma al sur de Italia para vivir cerca de un bosque, donde los paparazis no podían fotografiarles. “No había ni luz, ni agua, ni teléfono, nada de nada…”, añade. Eran una pareja dentro y fuera del escenario, pero reconocen que sabían separar ambas vidas: “Al escenario nunca se llevaban los problemas de casa”, señala Romina. Pero en 1994 la familia vivió uno de los episodios más dolorosos y complicados, que arrastraron durante años y que supuso la ruptura personal y profesional de la pareja. Su hija mayor, Ylenia Carrisi, desapareció en Nueva Orleans cuando tenía 23 años. Nada se volvió a saber de ella, pero las hipótesis, los culpables, las teorías y las informaciones no cesaron durante lo que pareció una eternidad para ellos. Finalmente, en 2014 fue declarada oficialmente muerta a petición de su padre.Los artistas Al Bano y Romina Power, tras la presentación de los conciertos en España, este 9 de abril en el Movistar Arena, en Madrid. Jaime VillanuevaEsta pérdida hizo mella en el matrimonio —antes de la entrevista, sus equipos piden que no se les pregunte sobre su hija—, que acabó rompiéndose en 1999. Aunque reconocen que no cambiarían nada de lo que ocurrió en esos 30 años de amor, Al Bano sí que afirma que cambiaría “el final” de su relación: “Fue así, lo aceptamos. Ahora somos como hermano y hermana”. Esa complicidad se palpa en el ambiente, como si nada hubiese cambiado en sus vidas: son padres, abuelos y amigos, pero prefieren no mirar al pasado. “Cuando empieza una canción es como una burbuja, no te da la sensación de que han pasado tantos años. La música de verdad crea magia”.El italiano reconoce que la industria no es la misma que hace 60 años, cuando empezó su andadura: “La música es hija de un computer y el computer no tiene corazón. TikTok ha matado un poco la magia de la música, de cómo se hace y de cómo se tiene que respetar este monumento del alma”. Y la estadounidense añade: “La música antes te producía unas sensaciones que no te olvidas, mientras que de la que escuchas hoy no se te queda casi nada”. Pese a todo, jubilarse no está en sus planes: “Solo cuando mi amigo de arriba quiera decir: ‘Es tu tiempo, márchate”, asegura Al Bano.Al Bano y Romina Power, en una actuación de 1988.imago stock&people (imago/teutopress / Cordon Press)Ambos han sabido encontrar otras aficiones lejos de la música cuando se han retirado, temporalmente, de los escenarios. “Escribo mucho, he publicado novelas en Italia. Pinto también cuadros muy grandes. Pero vendo poco y pinto mucho”, comenta entre risas Romina. Por su parte, Al Bano se ha dedicado a la viticultura: “En mi tiempo libre he construido un pueblo, un hotel… y después la bodega: empecé con una en 1973, otra en el 2000 y otra en 2023. Vivo de pasiones. Mi primera y gran pasión fue la música, la segunda es el vino”. Un proyecto que nació como una promesa a su padre y a su pueblo natal. “Viví el progreso de aquella zona y le dije: ‘Yo me marcho de aquí, pero volveré y haré una bodega. El primer vino tendrá tu nombre, don Carmelo’. Me acuerdo de la cara de mi papá cuando tuvo en su mano la botella”, rememora.Reconocen que no se arrepienten de nada, porque las cosas “las haces con el corazón”, pero Romina ha entendido que lo suyo no es la interpretación: “Hubiera escogido mejor las películas que rodé cuando era joven. La carrera de cine no es para mí de verdad. Seguir toda la vida tratando de interpretar a otra mujer… lo veo un poco como prostituirse. Es mucho mejor lo que hice cantando”. Admira a su exmarido y no se esconde: “Muchos dicen que son cantantes, pero yo la voz no la oigo. Como voz, pienso que Al Bano es el número uno”. Los próximos conciertos serán una pequeña ventana con la que ellos y sus seguidores regresarán temporalmente a aquellos momentos de felicidad y de amor.

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