Hay que esperar prácticamente hasta el final del último capítulo de La frontera para ver la sonrisa de Javier Rey (Noia, A Coruña, 45 años). Durante el resto de los cinco episodios que conforman su nueva serie de Prime Video, en la que interpreta a un capitán de la Guardia Civil que intenta detener el terrorismo de ETA a finales de los ochenta, su gesto es serio y contundente, con mucho ceño fruncido y labios apretados. Es una expresión a la que está más que acostumbrado; el actor se ha convertido en rostro habitual de thrillers, dramas y tramas de acción, desde La casa del caracol o La última noche en Tremor hasta El verano que vivimos o El silencio de la ciudad blanca. “Es verdad que tiendo a elegir guiones donde los personajes son fuertes, duros, vulnerables pero con oscuridad… eso me encanta”, reconoce a EL PAÍS con un semblante afable y relajado que dista mucho del aire misterioso que suele adoptar en pantalla.“¿Conocías este sitio?”, pregunta fascinado con el museo La Neomudéjar de Madrid, un espacio de estilo industrial ubicado en unos antiguos talleres ferroviarios de Atocha que ha sido elegido como escenario para promocionar su nuevo proyecto: el audiolibro de la novela Apocalipsis Z ―disponible en Audible desde este 7 de julio―. Rey pone voz al protagonista, Manel, un abogado que lucha por sobrevivir al apocalipsis zombi que asola su Galicia natal. Dice que la procedencia es de lo poco que comparte con el personaje creado por Manel Loureiro, del que le separan, en cambio, las habilidades de supervivencia. “Yo creo que sería de los primeros en morirme, la verdad, no creo que fuese el héroe que tiene maña y fuerza”, bromea.Más informaciónJavi Rey —así, en diminutivo, es como el actor se refiere a sí mismo durante la conversación— nació en Noia, un pequeño pueblo costero de poco más de 14.000 habitantes en el sur coruñés. “Ya soy lo suficientemente mayor como para haber estado más tiempo fuera del que pasé criándome ahí”, señala sin atisbos de acento gallego. Se mudó a Madrid a los 20 años para estudiar Interpretación, tras aparcar primero su sueño de ser ciclista profesional y abandonar después sus estudios de técnico de laboratorio para ser enfermero. “Creo que la decisión fue acertadísima, la vida me va muy bien y puedo elegir. Llevo la carrera que más o menos deseo tener y, teniendo en cuenta lo dificultoso que es, me siento un privilegiado”, celebra. “Una de las grandes suertes que he tenido es no saber muy bien dónde me metía y no ser consciente de la dificultad que entrañaba dedicarse a esto con un cierto grado de continuidad y libertad”, afirma. Javier Rey durante la promoción del audiolibro ‘Apocalipsis Z’ en el que pone voz al protagonista, fotografiado en Madrid el 16 de junio de 2025.Álvaro GarcíaSus inicios en la pequeña pantalla se remontan a 2005, cuando empezó a encadenar papeles secundarios en distintas series. Poco a poco, su cara se fue haciendo conocida gracias a personajes como el de Alejo en Hispania, la leyenda o el de Raúl Delgado en Bandolera. Pero si hay que elegir dos papales como desencadenantes de su salto a la fama son, sin duda, el de Mateo en Velvet (2013-2016) y el de Sito Miñanco en Fariña (2018), que le valió el premio Iris y el Feroz. “Creo que he tenido unos procesos para ir acomodándome y protegiéndome de todo esto lo más sano posible. Porque al final llevo muchos años trabajando, pero siempre ha sido muy de poco a poco. Cuando empecé hace 25 años nadie me felicitaba, pero si iba mal nadie sacaba un cuchillo para degollarme. Con los años vas adquiriendo más responsabilidad y conocimiento y, cuando de repente todo se va de madre, porque en un momento todo se va de madre, estás preparado para absolutamente todo”, comenta.Su popularidad es discreta, como él. “Llevo bien la fama porque soy dueño de lo que digo y lo que hago, nadie me obliga absolutamente a nada. No es lo mismo el que alguien vea tus películas o tus series y te diga algo por la calle, que eso es un nivel de fama bonito y agradecido, a otro completamente distinto”, explica. “No todo el mundo tiene la posibilidad de ir paseando y que le digan que su trabajo le ha transformado de alguna forma. Me quedo con eso. Lo otro son daños colaterales, pero no lo sufro demasiado, sé el lugar que ocupa”, confiesa. Parte de esos daños colaterales es el creciente interés de la prensa del corazón y los paparazis por su persona desde que se hizo pública su relación con la actriz Blanca Suárez en 2020 —tras poner fin a una relación de más de 15 años con la también actriz Iris Díaz, con quien comparte un hijo—. Un noviazgo de cinco años al que ninguno de los dos da pábulo en entrevistas ni alimenta en redes sociales. “No tengo un grado de exposición excesivo y en Instagram no suelo contar mi vida. Es algo que me nace, si estoy haciendo algo no estoy pensando en mostrarlo, prefiero retenerlo para mí”, aclara. La pareja se conoció durante el rodaje de El verano que vivimos, pero, según contaron en El Hormiguero durante la promoción de la película, no se cayeron muy bien al principio. “Para que veas que las primeras impresiones a veces son una mierda pinchada en un palo”, le dijo la actriz a Pablo Motos.Blanca Suárez y Javier Rey dándose un beso durante el Mutua Madrid Open celebrado a principios de mayo en Madrid.Aldara Zarraoa (Getty Images)La primera impresión que da Rey en su perfil de Instagram, donde tiene 535.000 seguidores, es la de alguien serio y reservado. Lo usa básicamente como escaparate para publicitar sus proyectos o presumir de reloj —es embajador de la marca Longines—. En persona, en cambio, lo que transmite es calma. “El lado gamberro me lo guardo para mí”, apunta. En su biografía de esta misma red social no indica que sea actor, ni artista, ni nada parecido. Simplemente pone: “De Noia”. “Aunque no volviese nunca, sé que moriría de alguna forma allí. Es mi gran refugio, donde tengo mis amigos, mi familia, donde dejo de ser actor”, sostiene sobre su pueblo natal. “Intento volver, pero cada vez menos porque demasiados compromisos me impiden volver y además con el tiempo que quiero, que es con calma”, lamenta.Desde que su carrera despegó en 2007, el gallego no ha dejado de trabajar. Suma estrenos —en plural— año tras año, sin parar ni siquiera durante la pandemia. Quizás por eso, a sus 45 años tiene intención de darse un respiro. “Sí, ahora me toca”, confirma. “Este año toca descanso de cabeza porque siempre estoy rodando y promocionando o promocionando y preparando algo para rodar, y va pasando el tiempo y van pasando los años muy rápido y de repente te das cuenta de que no te has dedicado el tiempo que necesitas de descanso. Entonces sí que me he planteado que este año había que parar un poco por salud mental”. Javier Rey en una escena de ‘La frontera’, donde interpreta a un capitán de la Guardia Civil a finales de los ochenta.RTVEPor lo pronto, ya ha protagonizado otras dos películas que verán la luz este año o el que viene. Una es Singular, un thriller —cómo no— que ha rodado junto a Patricia López Arnaiz, quien da vida a una profesora universitaria que sospecha que su marido (Rey) ha creado un androide de su hijo. La otra es El fantasma de mi mujer, una comedia —¡por fin!— en la que comparte elenco con Loreto Mauleón, que hace de su mujer, y María Hervás, que interpreta a su amante. “Sí que es verdad que había que oxigenar un poco”, comenta sobre este puntual cambio de género cinematográfico. Gusten o no, dice que ha aprendido a restar importancia tanto a los piropos como a las críticas. “Ni el halago total ni la masacre total son la auténtica realidad. Si llegas a hacerle caso a cualquier cosa que se diga, tanto para bien como para mal, te vuelves loco”, argumenta. Algunos de sus personajes sí que rozan la locura, pero eso, como el ceño fruncido, se lo deja en el set de rodaje.

Javier Rey, actor: “He aprendido que ni el halago ni la masacre total son la auténtica realidad” | Gente
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