Después de cumplir sus obligaciones mediáticas el jueves por la noche, Ernesto Valverde regresó al vestuario del Athletic. Allí fue recibido por los jugadores que coreaban su nombre. Todos ellos saben que su entrenador es uno de los grandes muñidores de un equipo que está en su mejor momento, ha ganado todos los partidos de competición europea en San Mamés, y espera la llegada del Manchester United, que, tras una prórroga esquizofrénica, eliminó al Olympique Lyonnais. El técnico recibió con una sonrisa la aclamación de sus jugadores y prefirió marcharse haciendo un gesto de resignación, como si la cosa no fuera con él.Pero sí va, claro. Valverde ha esculpido un grupo de jugadores sólido, sin fisuras; se ha atrevido a dar oportunidades a los jóvenes de Lezama, como Agirrezabala, Jauregizar o Prados, o a los recién llegados como Maroan, que está revolucionando el ataque rojiblanco, aunque como ha repetido en más de una ocasión, “aquí no se dan premios. Juega el que se lo merece”. Un técnico que tuvo que lidiar con vestuarios como el del Barcelona, lleno de figuras, y en el que Leo Messi fue su aliado, se maneja a la perfección ante un grupo de jugadores entregados a la causa como el del Athletic, capaz de organizar una fiesta improvisada por las calles de Bilbao después de conseguir el título de Copa.Sabe manejar el vestuario y conoce la importancia de los veteranos como De Marcos y Lekue, que el jueves completaron un partido inmenso: “Ambos son jugadores del Athletic, por el Athletic para el Athletic, que sienten el Athletic y lo vemos cada día en el vestuario”, asegura. “Independientemente de eso, luego son jugadores totalmente fiables en el campo, cada uno con sus virtudes y son jugadores en los que puedes confiar al cien por cien”.Más informaciónEl capitán De Marcos igualó ante el Rangers el récord de partidos europeos (75) que tenía Markel Susaeta. Previsiblemente, frente al United pasará a ser el primero de la lista. El equipo inglés está entre sus mejores recuerdos como futbolista. En 2012, ante el conjunto que dirigía Alex Ferguson, marcó tanto en Old Trafford como en San Mamés y completó dos partidos excelsos que le pusieron en la órbita de los diablos rojos, que preguntaron por su precio, aunque De Marcos jamás se planteó dejar el Athletic. Es el único jugador en activo de cuantos jugaron aquella eliminatoria inolvidable de octavos de final, que provocó el mayor desplazamiento de seguidores de un club español a un partido europeo al margen de las finales. Hubo 7.000 seguidores rojiblancos en las gradas del teatro de los sueños. La victoria (2-3) en la ida, se quedó tan corta como el resultado de la vuelta (2-1). En ambos choques fue Rooney quien sostuvo en pie las escasas opciones del United que con De Gea, Smailing, Evra, Giggs, Ferdinand o Chicharito conformaba un equipo temible.Más informaciónLas dos eliminatorias europeas que ha jugado el Athletic contra el equipo británico están en la memoria de la afición bilbaína. La primera vez fue en la Copa de Europa, en enero de 1957. El partido de la nieve, como se recuerda en Bilbao. El resultado de San Mamés frente a los Busby babes fue de 5-3 en un partido inolvidable. El Athletic, con el portero Carmelo lesionado desde los primeros compases, cayó en la vuelta, jugada en Maine Road, el campo del City, por 3-0. Muchos de quienes se enfrentaron al Athletic en aquella eliminatoria, fallecieron un año después en la tragedia aérea de Múnich.

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