Sancho murió de repente, sin llegar a cumplir los cinco años. “Le mordió una víbora cuando estábamos de excursión. Corrimos a un veterinario de guardia, pero murió en pocas horas”, explica Sandra, que prefiere no dar su apellido tras afirmar lo siguiente: “Eso fue un domingo y el lunes tenía una presentación con un cliente. No era algo imprescindible, así que le dije a mi jefe que no estaba en condiciones y que por favor la hiciera otro compañero. Me dijo que la muerte de un perro no era excusa para nada”.El jefe de Sandra tenía razón, pero también muy poca sensibilidad. En España no existe ningún tipo de permiso, retribuido o sin retribuir, que tenga en cuenta circunstancias relacionadas con el cuidado de mascotas o con la muerte de estas. Como mencionaba recientemente una carta a la directora de este periódico, el duelo por un animal de compañía apenas está reconocido socialmente, mucho menos laboralmente. “Si se trata de una urgencia veterinaria, algunas empresas pueden mostrar empatía y permitir la ausencia justificada, pero legalmente no están obligadas a hacerlo”, explica Tania Delgado, experta en relaciones laborales, creadora del perfil @recursos_laborales (con 138.000 seguidores) y autora de El libro que tu jefe no quiere que leas. Algunos convenios disponen de días de asuntos propios, pero estos, al igual que los días de vacaciones, deben solicitarse con una antelación determinada, algo que suele ser complicado en caso de una urgencia. Al final, todo depende de la buena voluntad (o no) de la empresa.Más información“Cuando Simba sufrió una torsión de estómago tuve que llamar a la oficina para avisar de que no iba a poder ir. Me dijeron que podía llegar tarde para llevarlo al veterinario, pero nada más, que en cuanto lo dejase allí fuera a trabajar y ya lo recogiese a la hora de salida”, recuerda Aníbal, que tampoco quiere dar su apellido. “Si me miran mal por querer acompañar a mi hijo al dentista, imagina lo que piensan con un perro”, se lamenta. Hay que tener en cuenta que la torsión gástrica es una patología con alta mortalidad, especialmente si no se trata con rapidez, cuyo tratamiento es quirúrgico. En su caso, la situación se resolvió quitándole un día de sus vacaciones y con “un aviso de que aquello no se podía volver a producir”, cuenta Aníbal. “Si una persona trabajadora se ausenta sin justificación o sin autorización, la empresa puede tomar medidas disciplinarias que, según la gravedad y reiteración de la falta, pueden ir desde una amonestación verbal o escrita hasta la suspensión de empleo y sueldo, e incluso el despido disciplinario en casos graves y continuados de absentismo”, señala Delgado.Empresas y convenios ‘pet friendly’Algunas empresas han empezado a llamarse pet friendly, especialmente porque permiten a sus empleados llevar a sus perros a la oficina. “Mi oficina es pet friendly y yo habitualmente llevaba a Kiara al trabajo, pero cuando pedí teletrabajar una semana para poder cuidarla tras una intervención me lo denegaron. Sin embargo, cuando yo me hice un esguince, sí me lo aceptaron para que pudiera seguir teletrabajando y no cogiera una baja”, cuenta Sergio, que en aquel momento tuvo que recurrir a una cuidadora. Él esperaba algo más porque en algún momento sí le habían permitido salir antes, recuperando las horas después, para llevar a Kiara al veterinario.Algunas empresas han empezado a llamarse ‘pet friendly’, especialmente porque permiten a sus empleados llevar a sus perros a la oficina.Barbara Brady-Smith (Getty Images/Tetra images RF)“Algunas empresas ya están implementando la opción de teletrabajo u horarios flexibles para poder atender a sus animales sin necesidad de que exista una regulación general. Como en otros avances laborales, la presión social es clave”, subraya Delgado. Un punto más allá es el de que estos derechos aparezcan en los convenios colectivos, algo aún muy poco habitual en España. Uno de ellos es el de Cegelec, una empresa madrileña dedicada a la instalación y mantenimiento de procesos logísticos automatizados, cuyo convenio establece una licencia retribuida por un tiempo máximo de ocho horas al año en concepto de acompañamiento a mascotas por intervención quirúrgica. Otro ejemplo es el de IskayPet, que conforman, entre otras, las conocidas marcas de productos para mascotas Kiwoko y Tiendanimal, y que recoge un día por el fallecimiento del animal doméstico. “Desde que lo incorporamos en 2019, más de 600 personas se han acogido a ello. Esto nos pone tristes porque han fallecido muchos animales de compañeros, pero entendemos que son parte de la familia y que debíamos facilitar este permiso”, apunta Lola Barceló, directora de personal y patrocinadora del comité de ESG de Kiwoko.Choque con la Ley de Bienestar AnimalOtra de las problemáticas añadidas es cómo encajar los deberes y responsabilidades señalados en la nueva Ley de Bienestar Animal con la actual legislación laboral. “La inexistencia de estos permisos casa mal con las obligaciones que recoge la normativa sobre bienestar animal. Dicha normativa establece la obligación de prestar al animal de compañía los cuidados sanitarios necesarios para garantizar su salud. El incumplimiento del deber de cuidado puede derivar en la imposición de sanciones graves o muy graves al responsable”, apunta Ana Belén Muñoz, profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Carlos III de Madrid.Es decir, si Aníbal no hubiera llevado a su perro al veterinario de inmediato estaría incumpliendo las obligaciones recogidas en la Ley de Bienestar Animal. Y esto podría tener repercusiones no solo para él, sino también para quien le impide que lo haga. “Si el derecho del trabajo no proporciona estas vías para que se cumplan las obligaciones, deberes, responsabilidades y prohibiciones legales en materia de bienestar y protección animal, pueden surgir responsabilidades de múltiple índole (administrativas, civiles, penales) no solo para las personas trabajadoras titulares, responsables y convivientes con animales de compañía, sino, incluso potencialmente, a otras personas y a los empleadores”, avisa Oriol Cremades, profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y autor del artículo Bienestar de los animales de compañía y derecho del trabajo: convergencias y propuestas.La normativa de bienestar animal establece la obligación de prestar al animal de compañía los cuidados sanitarios necesarios para garantizar su salud. El incumplimiento del deber puede derivar en la imposición de sanciones graves o muy graves al responsable.FreshSplash (Getty Images)En dicho texto, Cremades propone que el encaje podría hacerse con el artículo 37 del Estatuto de los trabajadores, que prevé que la persona trabajadora, previo aviso y justificación, podrá ausentarse del trabajo, con derecho a remuneración en algunas situaciones entre las que se recoge la de “por el tiempo indispensable, para el cumplimiento de un deber inexcusable de carácter público y personal”. “Es una vía legal sugerente, a mi parecer solo con una determinada interpretación podría llegar a permitir encajarla para cierto tipo de necesidad muy urgente, limitada y específica para garantizar el bienestar de los animales de compañía”, señala.

Días de permiso en el trabajo por enfermedad o muerte de una mascota, ¿una realidad en el futuro? | Estilo de vida
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